Esta afirmación, dicha por un neurocientífico, debe darnos que pensar. Las nuevas tecnologías de la información (TIC) ofrecen gigantescas posibilidades, pero la rapidez con que se han implantado, y la profundidad con que han cambiado nuestra vida social, laboral y económica nos han impedido comprender bien sus efectos. Por ejemplo,están transformando el modo como gestionamos nuestro propio cerebro.
Toda actividad cambia el cerebro, porque en eso
consiste precisamente el aprendizaje, pero las TIC lo hacen
de una forma especialmente poderosa. Son “tecnologías de la
inteligencia”. Hay, en efecto, tecnologías que permiten cambiar el entorno material,
producir objetos nuevos. Y hay otras que cambian la propia inteligencia que las
ha inventado. El lenguaje, la escritura, la notación algebraica y musical, el
libro o los ordenadores, por ejemplo. Desde el punto de vista del
aprendizaje, posiblemente las TIC están produciendo los
mayores cambios desde la aparición de la escritura. Conviene recordar que
entonces surgieron voces alarmadas advirtiendo que guardar la información
en libros disminuiría la inteligencia humana.
Uno de esos recelosos del libro fue Sócrates, que pensaba que nadie se esforzaría en aprender nada si podía leerlo. Séneca contó la historia de un patricio romano que, sin duda
para evitar la lectura, hizo que cada uno de sus esclavos aprendiera un libro
de memoria. Ellos podrían darle la información necesaria, en cada caso. La
situación se repite, porque hoy día mucha gente piensa ¿para qué voy a aprender
algo si puedo encontrarlo en Google? Estoy seguro de que encontraremos un modo
de desactivar tan peligrosa idea.
Debemos conocer los efectos que produce la interacción continuada de cerebro y máquina
Las nuevas tecnologías que configuran la inteligencia de los usuarios y sus modos de
sociabilidad están dirigidas por la mera expansión tecnológica y por sus aplicaciones
económicas. Todo lo que la técnica pueda hacer, antes o después se hará. Por
eso es tan importante una reflexión social sobre la técnica. Y el mundo de la
educación tiene la obligación de hacerla.
Las TIC como parte del sistema
educativo
Se nos pide que enseñemos a utilizar las TIC. Estoy de
acuerdo, porque nuestros alumnos viven y van a vivir en ese entorno, pero eso
no significa enseñarles los trucos tecnológicos –esos los conocen muy bien–,
sino enseñarles a usar inteligentemente la
tecnología. “Un burro conectado a internet sigue siendo un burro”, y lo que
necesitamos es que delante de la pantalla haya personas inteligentes y lo más
instruidas posible, para que no caigan en la tentación de pensar que
conectarnos a una máquina inteligentísima nos hace automáticamente
inteligentes.
Para decir algo sensato sobre tan complejo asunto,
debemos conocer los efectos –buenos y menos buenos– que produce la interacción continuada de cerebro y máquina. Empezamos a tener
información de cómo influye en la memoria, la atención y la inteligencia
emocional. Nicholas Carr resumió alguna de las
investigaciones más llamativas en su libro Superficiales (Taurus). La
gestión de la información que el ordenador permite nos obliga a reformular una parte del aprendizaje, en especial lo
referente a la memoria a largo plazo, que es la estructura básica de la
inteligencia. En ella están contenidos no sólo los datos, sino los
procedimientos, las destrezas, los hábitos, los esquemas emocionales.
El cambio en el funcionamiento de la
memoria
Picasso pintaba desde su
memoria, Rafael Nadal juega desde su memoria,
y nos enamoramos todos desde la memoria. Sin la memoria, ni siquiera
reconoceríamos a la persona amada o a la pelota de tenis. Gracias a las TIC,la memoria a largo plazo puede estar dividida.
Una parte puede residir en el cerebro y otra parte en
el ordenador. Si acertamos al hacerlo, la inteligencia
puede aumentar su capacidad de una manera extraordinaria, pero hay que
saber hacerlo. La tarea del aprendizaje es construir la propia memoria y, por
lo tanto, también esa memoria compartida, depositada en el ordenador, que no es
Google, sino la selección y organización de datos elaborada por cada uno.
Información inmediata: memoria a
corto plazo
Esta es la gran posibilidad, pero ahora debo hablar de
un persistente problema. El estilo de acceso a la información que favorecen las nuevas
tecnologías –rápido, en formatos multimedia, en hipertextos, en mensajes
rápidos, gamificados– facilitan las multitareas, permiten manejar
muchísima información en pantalla, desarrollar velocidad de asociación y
respuestas, pero el paso a la memoria a largo plazo
es difícil.
Se está reduciendo drásticamente el tiempo dedicado a interacciones personales directas
Nuestros jóvenes manejan
muchísima información en lo que llamamos “memoria de trabajo”, pero luego
recuerdan muy poco. Esto quiere decir que debemos perfeccionar nuestros
sistemas de aprendizaje para aprovechar las ventajas de las TIC y reducir sus
contraindicaciones.
La influencia de las TIC en los
comportamientos sociales
En el mundo emocional sucede lo mismo. Nos
permite estar siempre socialmente conectados, pero a través de un
medio virtual. Las relaciones presenciales comienzan a hacerse pesadas,
complejas, e incomprensibles. Sigo desde hace años la obra de Sherry Turkle, profesora del MIT, es decir, del gran vivero de
innovación tecnológica, que lleva treinta años estudiando la repercusión psicológica del uso masivo de nuevas tecnologías. Es autora de una
trilogía imprescindible: El segundo yo (es decir, el ordenador
personal), La vida en la pantalla (sobre el atractivo de
la vida virtual) y Alone Together (sobre el nuevo sentido
de la intimidad, de la sociedad y de la compañía). Parece que está cambiando la
idea de identidad personal y de relación social.
Estudios de la Universidad de Stanford muestran que se
está reduciendo drásticamente el tiempo dedicado
a interacciones personales directas, lo que puede ir debilitando las redes neuronales dedicadas a la vida
social real. Ayer, en un restaurante, una familia comía cerca de mí. Los padres
y dos hijos adolescentes. Cada uno estaba pendiente de su móvil, y no creo
que cruzaran más de veinte palabras entre ellos.
La toma de decisiones en la sociedad
digital
Jaron Lanier, una gran figura de la
tecnología, reconocido como una de las personalidades más influyentes del mundo
en 2011 por la revista Time, inventor de la
tecnología de la realidad virtual, alerta de la dilución del individuo en la “inteligencia colectiva informática”, en su libro tituladoContra el rebaño digital. Cabe la posibilidad de que
renunciemos voluntariamente a tomar decisiones, y se lo encomendemos al sistema
digital.
Para conseguir el máximo provecho de las TIC sin depender excesivamente de ellas, conviene fortalecer las funciones ejecutivas de la inteligencia humana
Todas estas dificultades pueden resolverse, si nos damos
cuenta de que son dificultades. Por eso conviene llamar la atención sobre
ellas. Las TIC han llegado para quedarse, cada vez serán más poderosas e
inteligentes, y nos obligarán a desarrollar un nuevo
modo de inteligencia capaz de aprovecharlas bien.
Con mi equipo de investigación trabajo en un modelo de
inteligencia que me parece muy prometedor. Pueden ver un resumen aquí.
Para conseguir el máximo provecho de las TIC sin
depender excesivamente de ellas, conviene fortalecer las
“funciones ejecutivas” de la inteligencia humana. Es decir, que la
capacidad de dirección, de elección, de toma de decisiones debe estar en el
sujeto, que sabrá manejar adecuadamente la información, esté en su memoria
neuronal o en su memoria informática. Enfocada de esta manera, la función
principal de la inteligencia no es manejar información, sino manejar la
información, las emociones, las motivaciones, las fortalezas necesarias para
tomar decisiones adecuadas y realizarlas.
No abandonarnos a la inteligencia de las
máquinas
No podemos caer en el espejismo de reducirlo todo a
información. Eso ha sucedido en la economía y nos hemos encontrado con una
hipertrofia de la economía virtual, y un maltrato de la economía real. La
acción es la culminación de la inteligencia, y todo lo demás, TIC incluidas,
son servidores útiles. Si tenemos esto claro evitaremos la
excesiva dependencia de las máquinas, sin dejar de aprovecharse de ellas. En
su reciente libro Atrapados. Cómo las máquinas se
apoderan de nuestras vidas, Nicholas Carr recuerda que en 2013 la Administración
Federal de Aviación de Estados Unidos dirigió a los pilotos un comunicado en el
que les pedían que utilizaran las operaciones de
vuelo manuales cuando fuera posible.
Varios graves accidentes habían revelado que el exceso
de automatización podría llevar al deterioro de la capacidad del piloto para
"sacar eficazmente a la aeronave de una situación no deseada". Es un
buen ejemplo para comprender las ventajas y los riesgos de las TIC. Los
sistemas informáticos han aumentado espectacularmente la seguridad de los
aviones, no sólo mediante los sistemas de vuelo, sino también gracias al uso de
“simuladores de vuelo” para el aprendizaje de los pilotos. Pero pueden
convertirse en un peligro si los pilotos olvidan que ellos
son la “inteligencia ejecutiva” del aparato. Pues lo mismo nos pasa a todos.
Jose Antonio Marina en El Confidencial
Junto a los dos niveles de la inteligencia computacional y ejecutiva en el plano personal, las TIC pueden aportar un tercer nivel, la inteligencia colectiva. "La base filosófica y científica que subyace en el fondo no es otra que reconocer que el valor agregado de un grupo de personas es potencialmente mayor, por una cuestión básicamente estadística, que en un sistema limitado. A esto se añade el beneficio que aporta el hecho de que se trate de sistemas abiertos donde se ofrece la oportunidad de participación a un grupo, lo cual aumenta también el factor de éxito. Las herramientas digitales sirven de catalizadoras y posibilitadoras de estas dos grandes propiedades: el efecto de escala y el efecto de accesibilidad." Algo que, en su vertiente práctica, puede proporcionar un sistema rápido, democrático y económico de solución de controversias.
ResponderEliminarhttp://www.amediar.info/mediacion-crowdsourcing-y-codr/
Cierto. Y estoy de acuerdo. Pero, lo que colectivamente piensen personalidades educadas en un pensamiento crítico (que tiene en cuenta el cultivo de las diversas "inteligencias"), siempre será de más valor que el agregado de "individuos" alienados o socializados acríticamente. Si bien es verdad que "la comunidad" no está sólo al final del proceso educativo sino desde el principio.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo.
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