“El Apoyo Mutuo, de Kropotkin, es uno de los grandes libros universales. Un hecho que evidencia tal afirmación es que continúa siendo reeditado y que constantemente se encuentra agotado. Es un libro que siempre ha sido difícil de conseguir, incluso en bibliotecas, ya que parece estar en demanda permanente.
” Así comienza el prólogo que Ashley Montagu escribió para esta obra en el año 1955. Pues bien, al menos por un tiempo, la editorial Pepitas de calabaza ha solventado el inconveniente publicando una magnífica edición de una obra que conserva plena relevancia. La solapa del libro explica con claridad los motivos de tal vigencia, de modo que nos vamos a permitir reproducirla en buena parte.
“En su versión divulgativa, la teoría de la evolución de Darwin suele llegarnos filtrada por la ideología capitalista, que se ha apropiado de ella para justificar científicamente sus presupuestos. Así, la victoria en la famosa «lucha por la vida» ha pasado en el imaginario occidental a ser patrimonio de «los más fuertes». Sin embargo, esta simplificación interesada no figuraba como tal en la teoría de Darwin, que se inclinaba más por la figura de «los más aptos».
Aunque Piotr Kropotkin no fue el primero que denunció esta grosera manipulación, sí fue el primer naturalista que estuvo en condiciones de ofrecer un estudio pormenorizado de sus implicaciones. Y lo que Kropotkin descubrió puede ser fácilmente resumido: «Los más aptos» no tienen por qué ser los más fuertes ni los más individualistas, sino los que mejor se adaptan al entorno. Y las especies que más posibilidades tienen de sobrevivir son aquellas que saben encontrar en la solidaridad la mejor arma para asegurar su devenir. Así aparecen las nociones de «apoyo mutuo» y de «ayuda mutua». Pero Kropotkin no se limitará a ofrecer una explicación ajustada de los presupuestos de Darwin, sino que, sacando las conclusiones antropológicas y políticas oportunas, extenderá su razonamiento a la sociedad humana en su conjunto. De esta forma identificará las circunstancias y procesos históricos que demuestran que es a través del apoyo y la ayuda mutua —y no a través de la lucha despiadada de «todos contra todos»—, como las sociedades humanas han podido extenderse y afianzarse, identificando los periodos de mayor expansión de esta idea con aquellos en los que el ser humano ha logrado dar lo mejor de sí mismo como especie y como conjunto de individuos.“
Por lo tanto, no es extraño que Kropotkin viese en la ayuda mutua el origen de nuestras concepciones éticas.
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