lunes, 27 de septiembre de 2010

ESCLAVITUD INFANTIL (Revista Autogestión Nº 80)

 EN EL MUNDO
  1. MEXICO: TRATA DE NIÑOS Y ESCLAVITUD EN TRABAJOS DOMÉSTICOS. 
  2. NIÑOS ARGENTINOS CONTRA LA ESCLAVITUD INFANTIL 
  3. HAITI: OTRO “PARAISO” DE LA ESCLAVITUD INFANTIL
  4. POBREZA INFANTIL EN ESPAÑA
  5. MALTRATO DE HIJOS A PADRES EN ESPAÑA

MEXICO: TRATA DE NIÑOS Y ESCLAVITUD EN TRABAJOS DOMÉSTICOS.

La explotación de niños y adolescentes en trabajo doméstico en hogares de no familiares afecta, que se sepa, a más de 120 mil adolescentes de entre 12 y 17 años. Se sabe además que entre un 5 y un 8% de los adolescentes han realizado este tipo de tareas. Tiene como causa básica la pobreza que obliga a las familias de las zonas rurales e indígenas a migrar o enviar sus hijos e hijas (principalmente) a las ciudades para buscarse “mejores oportunidades”. Todos los informes sobre esta actividad no dudan en calificarla de trabajo esclavo: reclusión, trabajo de 12 a 15 horas diarias, aislamiento, marginación, tratos abusivos físicos y humillaciones,… Su invisibilidad hace que se considere de altísimo riesgo.

A ello hay que sumar muchas otras situaciones. Nos hacemos eco de otra no menos sangrante: la trata de niñas para la esclavitud sexual. Tiene el penoso agravante de que el código penal mexicano no contempla el delito de tráfico de seres humanos. Recientemente varios informes oficiales de la ONU han llamado la atención sobre el crecimiento del turismo infantil sexual en las ciudades de Acapulco, Cancún y Tijuana alentado por los pederastas que llegan de EEUU y Europa. En esos mismos informes se alerta sobre el tráfico ilegal de personas como uno de los problemas de primera magnitud, comparable al narcotráfico y el comercio ilegal de armas.

HAITI: OTRO “PARAISO” DE LA ESCLAVITUD INFANTIL

La relatora especial de la ONU puso de manifiesto también en Junio de este año que cientos de miles de niños han sido obligados a convertirse en  “restaveks”, término con el que denominan al trabajo de servidumbre en los hogares. Muchos de estos niños se utilizan como moneda de cambio entre familias empobrecidas. Y ninguno está exento de malos tratos y abusos físicos y sexuales. Y, lo peor de todo, pesa sobre esta situación la criminal losa del silencio, la falta de denuncia, la impunidad del “así son las cosas” que tan buena acogida tiene entre los que habitualmente formamos parte del coro de los ciegos e indiferentes.

NIÑOS ARGENTINOS CONTRA LA ESCLAVITUD INFANTIL

Varias organizaciones sociales, de las que numeroso niños esclavos formaban parte ya,  se dieron cita el pasado mes de Junio para denunciar la esclavitud infantil que sufren miles de niños en las áreas agrarias de Mendoza. “Los chicos se suben a los árboles a bajar aceitunas como si fuera un juego. Sin guantes están continuamente tocando agroquímicos. Allí trabajan también sus padres y abuelos. Donde viven es peor que en cualquier casa de Villa Fiorito, no tienen nada, ni baños”.
En sus denuncias ante la sede de la Sociedad Rural Argentina no dejaron de incluir todas las empresas de la región que empleaban mano de obra infantil. No dejaremos de llamar la atención sobre el compromiso de los propios chicos asociados en esta lucha por la erradicación de la esclavitud infantil en todas las partes del mundo.

EN ESPAÑA


POBREZA INFANTIL EN ESPAÑA

Según los informes de los organismos internacionales y los parámetros técnicos utilizados por ellos, España tiene uno de los índices de pobreza infantil relativa (por debajo del nivel de vida medio del país) más alto de la Unión Europea. Hasta 1,8 millones de los 7,8 millones que viven en el país está afectado por esta pobreza y los sitúa por tanto en una situación vulnerable, con riesgos de exclusión social o de integración social precaria. Es evidente que este tema tiene mucho que ver con la situación de empobrecimiento, paro y explotación de sus padres y con las situaciones que viven las propias familias. Y también parece evidente, como veremos en la próxima noticia, que esto hace muy complicado salir a los niños y a los jóvenes del círculo del fracaso escolar, explotación y paro que ya antes vivieron sus padres.

PARO Y FRACASO ESCOLAR

España también bate otro record en Europa: es el país de la zona euro con más paro juvenil. El paro juvenil oscila, según los distintos estudios, entre un 31 y un 35%. Tres de cada diez empleos destruidos en el último año son jóvenes menores de 25 años.  Y las previsiones de que esto aumente parecen claras para los distintos analistas.

Hay bastantes estudios que relacionan los factores económicos para explicar estas tasas, pero muchos menos que integren el factor educativo o, mejor dicho, el factor “fracaso escolar” (es decir, fracaso de la escuela). En un primer momento del análisis, antes de que esta oleada de gente se hubiera ido al paro al desatarse la “crisis”,  pesan aparentemente más entre sus causas las “debilidades” de nuestro sistema productivo. Parecía, en tiempos de bonanza, que no era más rentable estudiar que no estudiar porque ni se ganaba más dinero estudiando ni se estaba más protegido contra el paro. Con el desencadenante de la crisis y a medida que se ha disparado el paro, se observa que este lo ha hecho de forma vertiginosa entre los que tenían menos titulación, mientras que han resistido mejor el embate los que si que la tenían. Pocos estudios hacen falta para razonar, desde la experiencia, en las posibilidades que tienen de “integrarse” en un mercado tan salvajemente competitivo los que no poseen el recurso “estratégico” de esta economía postindustrial: los conocimientos y la capacidad de aprender y gestionarlos.

Lo realmente preocupante es que nuestro sistema educativo, con “ayuda” de todos los que le “utilizan” para fortalecer sus posiciones ideológicas y políticas interesadas, está entre las causas más claras de la reproducción del clasismo y la condena a la explotación y a la pobreza de millones de niños y jóvenes en nuestro país. Y a esto no hay derecho.

MALTRATO DE HIJOS A PADRES

Dicen que aún no debemos alarmarnos con los datos, que no hay motivos para discursos demagógicos y apocalípticos. Cuando va el juicio delante del análisis siempre tenemos motivos para dudar de lo que se esconde en el propio análisis. Ningún dato aislado sobre los jóvenes ayuda a explicar realmente su situación. Este que vamos a dar no deja de ser significativo. Durante 2008, las Fiscalías de Menores abrieron en España más de 4.200 expedientes por agresiones de hijos a padres (Algo menos del doble de las del año anterior). Ha que decir además que ni todas las denuncias se convierten en expedientes ni todas las agresiones reales se convierten en denuncia. Lo que se sabe que ocurre es que sólo se denuncia cuando se llega al límite de lo soportable. Esto quiere decir que hay muchísimos más casos.

Sabemos que muchos sectores están interesados en sacar estos hechos con el objetivo de que la “alarma social” los traduzca en medidas judiciales más contundentes. Judicalizar la vida, delegar en el papá Estado la potestad de decidir sobre todos y cada uno de los aspectos de la convivencia, forma parte de la espiral totalitaria en la que nos hayamos y que no hace más que agravar más el problema si no se contempla desde sus causas.

El maltrato es una consecuencia clara de debilitar la familia como núcleo de solidaridad, de arremeter una y otra vez contra la autoridad del padre (especialmente la del padre) y de la madre que, para no ser sospechosos de “autoritarismo” han optado por la permisividad del dejar hacer, de fomentar- aunque el discursito teórico diga lo contrario- una cultura del pelotazo, del consumismo, del hedonismo, del pasarlo bien a cualquier precio,… Y, por mucho que engorde el papá Estado,… ninguna violencia que incite al maltrato tendrá remedio con más “burocracia”, con más “Estado castigador”, con otra violencia “legal”. 

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