ya son cuatro años desde que se te concedió, con toda seguridad, estar en compañía del Padre. Hoy, unos días más tarde del homenaje que el Movimiento Cultural Cristiano te brindó con motivo del cuarto aniversario de tu muerte, te escribo estas líneas como señal de agradecimiento por el legado que nos dejaste. Tu vida fue un testimonio vivo de honradez, de humildad, de pobreza y sacrificio. ¡ Qué verdad esas últimas palabras tuyas manifestadas en tu propia carne ! "Mi vida por vosotros". Hasta el último instante gastaste tus ya mermadas fuerzas en la promoción de militantes cristianos pobres. Hasta el último instante impulsando nuevas plataformas de promoción, también para los jóvenes.
También recuerdo la visita que Julián y yo te hicimos el día de tu cumpleaños, tan sólo un mes después. Ya no podías hablar, y ante la carta que los chicos de la Casa Escuela te escribieron, sabiendo ya que tu partida sería próxima, pudiste balbucear ¡pelotas!
Llamabas cariñosamente pelotas a aquellos jóvenes que te escribían una carta llena de halagos a tu persona, remarcando en ella lo que habías marcado sus vidas y las de sus padres. Cuatro años después, aquellos jóvenes, querido Julián, siguen marcados por tu testimonio de entrega a fondo perdido. Algunos se embarcaron en el nuevo proyecto de Valladolid, donde, con toda seguridad, volveran a hacer vida la frase sobre la amistad. Otros volvieron a sus casas, y allá en sus lugares de origen, trabajan con intensidad en la consolidación de Camino Juvenil Solidario, que tú tanto querías. Todos, siguen viniendo por esta santa Casa, y volviéndose a encontrar aquí con sus amigos, y recordando aquellos días, y planeando nuevas metas.
Todos, marcados por tu testimonio de entrega. Gracias Julián, por habernos embarcado a todos en esta "MARAVILLOSA AVENTURA".
Oscar Arcera López
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