No creen en un futuro después de la crisis, en políticos, en religión ni en movimientos sociales. El estudio 'Jóvenes españoles 2010' revela que un tercio de ellos está convencido de que jamás logrará lo que desea por muchos esfuerzos que haga |
Los jóvenes españoles se han instalado en el pesimismo. Todo lo ven en colores oscuros, casi negro, y desconfían hasta la médula de aquellos que tienen en sus manos el fomento del empleo juvenil, mejorar sus condiciones de vida o sacar al país de la crisis. Son algunas de las conclusiones de un estudio de la Fundación SM, que desde 1982 realiza una radiografía periódica de la situación de los más jóvenes . En estos años, el último estudio fue hace un lustro, hay cosas que no cambian: consideran muy importante la familia, la salud y los amigos y no se van de casa porque están muy cómodos.
Pero salvo este reducto de cosas inamovibles para ellos, ven todo lo que les rodea ajeno y distante. Un tercio afirma que «por muchos esfuerzos que uno haga en la vida nunca se consigue lo que desea» y otros dos tercios aseveran que la crisis económica dará una buena estocada a su futuro profesional y personal. En la encuesta de sus preocupaciones, el paro ocupa un primer lugar destacado con un 45%, seguido de la droga (33%), la vivienda (28,7%), la inseguridad ciudadana (23,6%), la falta de futuro (21,6%) y el terrorismo (20%).
En cambio, sí tienen claro que no serán los políticos, sean de izquierdas o de derechas, los que mejorarán su situación actual. Siete de cada diez considera que los políticos buscan «antes sus propios intereses o los de su propio partido que el bien de los ciudadanos»; un 66,7% está convencido de que anteponen los intereses de «las multinacionales, bancos y grupos de presión» y sólo uno de cada cuatro cree que tienen preocupaciones propias de su juventud. Además, más de la mitad estima que la política «no tiene nada que ver conmigo» y sólo un 12% participa en acciones de protesta.
Asimismo, también baja la implicación en los movimientos sociales como pro derechos humano, pacifistas, homosexuales o contra la discriminación racial. «Creen que no se puede cambiar nada», apuntó el profesor José María González-Anleo, miembro del equipo de sociólogos que hicieron el estudio 'Jóvenes españoles 2010'. Este desapego se aprecia en acciones concretas, como que ocho de cada diez no pertenece a ninguna asociación cultural, social o deportiva o la disminución de la conciencia ecológica.
Aumenta el porcentaje de jóvenes (de un 25% en el informe de 2005 a un 42% actual) que cree que el equilibrio de la naturaleza es lo bastante fuerte para resistir los impactos medioambientales. A pesar de estos datos, el profesor González-Anleo destacó que los jóvenes españoles son «más optimistas que el resto de los europeos», como indican los parámetros del Centro de Investigaciones Sociológicas o el Eurobarómetro.
Familia, salud y amigos
Los jóvenes tienen claro cuáles son los aspectos importantes de sus vidas. La familia, la salud y los amigos son los apartados calificados como muy importantes por más de la mitad de los encuestados. A continuación se sitúan la pareja, ganar dinero, el tiempo libre, el trabajo y llevar una vida moral y digna. Los últimos lugares son para la política y la religión. También han mejorado las relaciones con los padres. «Los hogares se ha convertido en unos lugares cómodos», apuntó el profesor Luis Ayuso, encargado de este área. «Padres e hijos están cada vez más cercanos», indicó el profesor. Tienden a coincidir en la que ambos interpretan el mundo: tolerancia, secularización o la importancia del núcleo familiar. Las mayores discrepancias se encuentran en la salvaguarda de la privacidad y la autonomía que intentan prevalecer los hijos sobre sus padres.
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