viernes, 29 de enero de 2016

ESCLAVITUD INFANTIL EN NUESTROS APARATOS ELECTRÓNICOS


Denuncian uso de explotación infantil para extraer cobalto. Multinacionales de electrónica y automóviles no realizan comprobaciones para asegurarse que en productos que comercializan no se utilice el mineral extraído por niños.




Las grandes marcas de productos electrónicos y automóviles, como Apple, Microsoft, Samsung, Sony y Volkswagen, no realizan comprobaciones básicas para asegurarse que en los artefactos que comercializan no se utilice cobalto extraído con mano de obra infantil.


Así lo denunciaron ayer Amnistía Internacional (AI) y Afrewatch, tras publicar una investigación basada en lo que ocurre en las minas de la República Democrática del Congo (RDC), desde donde se extrae una de las materias primas que luego es utilizada para las baterías de los modernos smartphones y los autos eléctricos, entre otras cosas.


El trabajo, titulado "Esto es por lo que morimos: abusos a los Derechos Humanos en la República Democrática del Congo para potenciar el comercio mundial de cobalto”, rastrea los detalles de la producción del mineral, en la que no sólo participan adultos sino también niños de hasta siete años. Los chicos trabajan 12 horas y ganan apenas 1 o 2 dólares por día. Son sometidos a precarias condiciones laborales, cargan pesadas bolsas de piedra y caminan por estrechos túneles en los que el oxígeno escasea, por lo que están expuestos a sufrir accidentes mortales y daños pulmonares crónicos. Al menos 80 mineros murieron allí entre septiembre de 2014 y diciembre 2015, aunque se desconoce la verdadera cifra debido a que muchos accidentes no se registran y los cadáveres simplemente quedan enterrados bajo las rocas.


"Millones de personas disfrutan de las ventajas de las nuevas tecnologías, pero raras veces se preguntan cómo están hechas. Es hora de que las grandes marcas asuman parte de la responsabilidad de la extracción de las materias primas con que se hacen sus lucrativos productos”, aseguró Mark Dummet, investigador de AI sobre Empresas y Derechos Humanos.

El organismo puso la lupa sobre todo el proceso de producción y comercialización del cobalto, que suele utilizarse en la fabricación de materiales industriales como motores, turbinas de aviones o de gas y también en baterías de iones de litio, es decir, las que se usan en los celulares. En ese rastreo, encontró que el mineral extraído en la RDC es vendido a la empresa Congo Dongfang Mining, una filial de la multinacional china Zhejiang Huayou Cobalt.

Los documentos recogidos por AI demuestran que ambas firmas procesan el cobalto para venderlo a tres fabricantes de componentes para baterías en China y Corea del Sur. Ellos luego lo comercializan a empresas que producen baterías y abastecen a compañías de tecnología y automóviles. Entre ellas, Apple, Microsoft, Samsung, Sony, Daimler y Volkswagen.

Tras la investigación, AI se puso en contacto con 16 multinacionales que figuraban en el listado de clientes de fabricantes de baterías. Sólo una empresa admitió la relación, mientras que otras cuatro desconocían de dónde procedía el cobalto. Seis afirmaron que estaban investigando el asunto y cinco negaron adquirir el mineral a través de la multinacional china o directamente de la RDC, que produce al menos el 50 por ciento del cobalto del mundo.

Ninguna de todas esas compañías proporcionó datos suficientes para verificar de manera independiente de dónde procedía el cobalto utilizado en sus productos. "Unas empresas cuyas ganancias globales ascienden a 125.000 millones de dólares no pueden afirmar con credibilidad que les resulta imposible comprobar de dónde proceden los minerales esenciales para sus productos. Muchas de ellas afirman que tienen una política de tolerancia cero con el trabajo infantil. Pero esta promesa no tiene ningún valor si no investigan a sus proveedores. Sencillamente, su afirmación no es creíble”, cuestionó el investigador Dummet. 



(Fuente: Tiempo Argentino)

1 comentario:

  1. Muy interesante, Manolo. Voy a compartirlo y trabajarlo con los jóvenes del internado y los del Movimiento parroquial.

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