jueves, 31 de marzo de 2016

El concepto de ayuda entre iguales


Definimos la ayuda entre iguales como «una práctica pedagógica que impulsa la creación de vínculos entre personas que comparten un mismo estatus pero que, al mismo tiempo, presentan una diferencia que permite a una de ellas asumir un rol educativo intencional respecto a la otra». Seguidamente, ofrecemos la sistematización de sus rasgos fundamentales tomando como base los enunciados que integran la definición. 

Es una práctica pedagógica 

Nos referimos a una actividad institucionalizada y con una clara intencionalidad educativa. No se trata de procesos espontáneos de interacción entre iguales, sino que en la base siempre encontramos un educador que configura, supervisa y acompaña a los agentes implicados. La función de este profesional resulta determinante, ya que guía a los protagonistas durante la relación y resuelve las posibles dificultades. 

Impulsa la creación de vínculos 

Se basa en el establecimiento de una relación de proximidad. Así, aunque el grado de cercanía entre iguales varía dependiendo del tipo de ayuda que se dé, podemos afirmar que siempre se establece una relación cara a cara en- tre los participantes. De este modo, se constituyen lazos de afecto y vínculos de amistad, y se favorece el reconocimiento mutuo. 

Los participantes comparten un mismo estatus 

Los protagonistas son iguales, es de- cir, dentro del grupo del que forman parte son similares en algún aspecto determinante. Normalmente, esta si- militud se refiere a que ambas partes implicadas son estudiantes, de modo que quien se encarga de ofrecer el servicio no es nunca una figura profe- sional. 

Los participantes presentan una diferencia 

Más allá de los rasgos propios de cada persona derivados de su singularidad, siempre encontramos una diferencia fundamental que es aprovechada por los educadores en la configuración de la actividad. Ésta puede referirse a los conocimientos, a la experiencia o a las habilidades, y define la tarea educativa que hay que realizar. 

Uno de los participantes asume un rol educativo intencional respecto al otro 

Gracias a la diferencia existente, se logra que los protagonistas interactúen mediante una relación de ayuda. Por ello, no consideramos como prácticas de ayuda entre iguales los procesos de colaboración espontáneos y naturales entre los miembros de un colectivo. Nos referimos a actividades en las que se produce una diferenciación de roles, ayudante y ayudado, y se instaura que una de las partes asuma una función educativa intencional respecto a la otra. 

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