lunes, 21 de noviembre de 2016

Evolución histórica de la situación de los jóvenes, principalmente en Europa





Un recorrido muy interesante por las diferentes generaciones de jóvenes que suceden a la segunda guerra mundial. El escenario fundamental es europeo-occidental. El artículo, que debemos a la web "El Orden Mundial", es al tiempo una buena reseña de un compilación de crónicas sobre la situación de los jóvenes en éste área. 



El siglo XX ha pasado a los anales como uno de los más conflictivos de la Historia, con dos grandes guerras que involucraron –y dejaron maltrecho– a medio mundo. Pero también fue, sin lugar a dudas, el siglo de los descubrimientos y los inventos. La carrera tecnológica (armamentística, energética, espacial…) y la fuerte apuesta en innovación condujeron sobre todo a la mitad occidental a su máxima cota de desarrollo y espolearon la imaginación de escritores y otros artistas, consolidando el género de la ciencia ficción. Coches voladores, energía limpia e ilimitada, la curación del cáncer y el sida… La utopía democrática parecía estar a la vuelta de la esquina.
Aquellos que sufrieron las consecuencias de la última guerra mundial hubieron de asumir una conciencia y un compromiso de esfuerzo por mejorar el mundo y se prometieron proveer a las generaciones venideras de cuanto carecieron en su juventud. Hoy esa generación ocupa los altos puestos ejecutivos de las grandes empresas, son nuestros políticos y gobernantes, los catedráticos, los jueces y los profesionales más reputados. Mientras estos retienen todos los poderes, institucionales y fácticos, uno de cada cinco jóvenes europeos se encuentra sin empleo, con tasas por encima del 35% en cuatro países (Grecia, España, Croacia e Italia). En el continente americano, la cifra se sitúa, de media, por debajo del 15%; aun así, representa una considerable proporción del total de parados y la mayoría solo accede a puestos precarios, temporales o en condiciones de informalidad, sin contrato ni, por ende, cotización.

En el siglo XXI, los coches siguen contaminando alarmantemente y circulan por carreteras, ninguna de las grandes enfermedades tiene todavía cura y el desempleo afecta a casi el 20% de los jóvenes en los países industrializados. En este panorama, la pregunta que surge es inevitable: ¿dónde está el futuro que nos prometieron?

Antropología del parentesco: De la posguerra a la actualidad

La Segunda Guerra Mundial se saldó con la muerte de entre 55 y 60 millones de personas, es decir, el 2% de la población mundial. En número de personas, la cifra se aproxima a la población de Italia; en proporción, equivaldría a la aniquilación de todos los habitantes de Rusia. En su anhelo por reconstruir el mundo tras la hecatombe, los supervivientes se embarcaron en la tarea de repoblarlo, lo que resultó en un aumento insólito de las tasas de natalidad, fenómeno que se denominó baby boom. La nueva generación de jóvenes, conocida como baby boomers, fue testigo de una época definida por el neocapitalismo, la era de la comunicación e importantes avances científicos. Fue, además, una generación escéptica, rebelde e inconformista: luchó contra las guerras y la censura y a favor de los derechos humanos y de las minorías.
Este esbozo a vuelapluma contrasta notoriamente con la caracterización habitual de la generación posterior, aquellos nacidos entre los 70 y mediados de los 80. Formalmente conocidos como Generación X, han recibido los apelativos de Generación ApáticaPerdida y Peter Pan. Estos kidults o adultescentes, como se los conoce en el continente americano, tuvieron infancias doradas y una alfabetización casi total en un Occidente de esplendor. Como sus predecesores, manifestaban una actitud que desafiaba todo lo establecido y, además, una capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías en desarrollo. Con frecuencia, han sido definidos como inmaduros, conformistas y resentidos frente a los milénicos, pero la realidad laboral muestra que han conseguido posicionarse con mayor facilidad y mejores condiciones.
Para contrastar: “La generación ‘peter pan’ está hipotecada”, Josep Garriga en El País, 2009
La evolución de su pirámide poblacional muestra una población progresivamente envejecida en Europa, para carga de las franjas de edad intermedias




La evolución de su pirámide poblacional muestra una población progresivamente envejecida en Europa, para carga de las franjas de edad intermedias. Fuente: Recursos TIC

A principios del siglo XXI, la atención de los dominantes baby boomers se hallaba centrada en los nativos digitales o milénicos (en inglés, Millenials). Nacidos entre mediados de los 80 y principios de los 90, la Generación Y —también llamada Generación Why por su actitud desafiante y Generación Einstein por sus habilidades sociales— se diferenciaba de la anterior por un escepticismo no apático, sino optimista y comprometido. Si bien comparte, en general, la misma educación y contexto, se ha revelado una generación progresista, dinámica y versátil con movimientos como el 15M madrileño, Occupy Wall Street o el #YoSoy132 mexicano. Se trata de la generación mejor formada de la Historia y la primera bajo riesgo de vivir en peores condiciones que sus padres. Mientras tanto, en una sociedad cada vez más envejecida y en crisis económica, el desplazamiento de la atención hacia la venidera Generación Z amenaza con desbancar a un grupo de edad que apenas ha tenido la oportunidad de incorporarse al mercado laboral.
Para ampliar: “Conviviendo con la Generación Y – Generación Millennial”, Clarita Spitz, 2014

La generación más preparada de la Historia

Dos de los objetivos que rigen el modelo educativo del siglo XXI son la alfabetización universal y la formación permanente. Las tasas de escolarización en Europa y América se mantienen en torno al 90% de media entre los 3 y los 17 años, es decir, más allá incluso del periodo de educación obligatoria (6-16 años). En Corea del Sur, dos de cada tres jóvenes poseen educación superior y al menos cuatro países más –Japón, Canadá, Rusia e Irlanda– poseen por encima de un 50% de jóvenes universitarios. La media latinoamericana también supera el 50% de matriculaciones frente a la europea, que no alcanza el 40%.
Para ampliar: “Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE”, INEE (MECD), 2015
La brecha educacional reproduce las divisiones norte-sur y oeste-este. En América Latina y gran parte de Asia continental, la situación mejora. África sigue constituyendo una tarea pendiente. Wikimedia




La brecha educacional reproduce las divisiones norte-sur y oeste-este. En América Latina y gran parte de Asia continental, la situación mejora. África sigue constituyendo una tarea pendiente. Wikimedia

A pesar del aumento sin precedentes de las tasas universitarias con el fin de asumir la desbordante demanda, el sistema de enseñanza occidental produce más titulados superiores que nunca. El bilingüismo todavía supone un problema en los países hispanohablantes, sobre todo de América, pero en 19 países de la Unión Europea más del 60% de los estudiantes aprenden dos o más lenguas extranjeras. Además, los nativos digitales muestran un talento natural —aún mayor en la generación posterior— para las nuevas tecnologías y apuestan en su mayoría por el emprendimiento. Con estas credenciales, los milénicos personifican la etiqueta de JASP (‘Joven, aunque sobradamente preparado’), originalmente adjudicada a la generación anterior.
La mayoría de los ciudadanos europeos dominan o se manejan con el inglés. En Latinoamérica, Asia y África, el panorama es menos optimista




La mayoría de los ciudadanos europeos dominan o se manejan con el inglés. En Latinoamérica, Asia y África, el panorama es menos optimista. Ver mapa completo

Para ampliar: “Foreign language learning statistics”, Eurostat, 2016

La generación más parada de la Historia

La Generación Y se ha criado con la promesa repetida de que una buena formación garantiza el futuro laboral. Sin embargo, mientras que la inversión en educación ha sido, si no suficiente, sí perceptible –pese a situaciones lamentables que todavía se producen incluso en los países más desarrollados–, no se ha advertido el mismo esfuerzo en fomentar la incorporación laboral de jóvenes. Bajo la amenaza perpetua de la crisis económica, muchos jóvenes solo han podido acceder a trabajos precarios o de baja remuneración –a veces en condiciones de ilegalidad– e incluso trabajos no remunerados en los que adquirir experiencia. De hecho, algunas universidades europeas exigen prácticas curriculares obligatorias, a menudo sin ninguna norma que obligue a su retribución, por lo que existen empresas cuyo grueso de trabajadores no reciben un salario.
Para ampliar: “The experience of traineeships in the EU”, Comisión Europea, 2013
A lo largo de la próxima década, varios países europeos aumentarán la edad de jubilación a los 67 años –68, en el caso de las islas británicas–, muy por encima de la media americana, sin contar a Canadá, donde no existe. La consecuencia evidente de esta medida será el requerimiento de más años cotizados para recibir la totalidad de la pensión, lo que perjudicará a los trabajadores asalariados y beneficiará a los directivos y ejecutivos. Por lo que respecta a los jóvenes que todavía no se hayan integrado al mercado laboral, un inconveniente adicional será su incorporación aún más tardía y la mayor dificultad de acceso a puestos de responsabilidad.Numerosos trabajadores optan por la prejubilación o la jubilación anticipada; otros son obligados a ello. Frente a estos, aparecen también casos de jubilación demorada. Fuente: El País




Numerosos trabajadores optan por la prejubilación o la jubilación anticipada; otros son obligados a ello. Frente a estos, aparecen también casos de jubilación demorada. Fuente: El País

¿Dónde está el talento?

“Demonizing people at the bottom has been a convenient way of justifying an unequal society throughout the ages. After all, in the abstract it would seem irrational that through an accident of birth, some should rise to the top while others remain trapped at the bottom. But what if you are on top because you deserve to be? What if people at the bottom are there because of a lack of skill, talent and determination?”
“Demonizar a los de abajo ha sido un medio conveniente de justificar una sociedad desigual a lo largo de los siglos. Después de todo, en abstracto parece irracional que por nacer en un sitio u otro unos asciendan mientras otros permanecen atrapados en el fondo. Pero ¿qué ocurre si uno está arriba porque  lo merece? ¿Y si los de abajo están ahí por falta de habilidad, talento o determinación?”
Chavs – Owen Jones
Hasta aquí, se han identificado al menos dos grandes causas que dificultan en la actualidad el acceso de los milénicos a los puestos de trabajo: un contexto de estancamiento, si no retroceso, financiero y económico –deliberadamente instrumentalizado como excusa para eludir los derechos laborales básicos, en algunos casos– y una actitud por parte de la generación dominante no necesariamente opuesta a la contratación de jóvenes, pero sí renuente a un relevo generacional –que de hecho no protagonizaron en su momento los miembros de la Generación X–. Los baby boomers no solo están al frente de casi todas las grandes empresas, sino que actualmente controlan los tres poderes estatales, los medios de comunicación y la religión. En otras palabras, su discurso y voz resuena por encima de todas las demás.
No es de extrañar, por tanto, que la estrategia aporofóbica denunciada por Owen Jones en la cita inicial del epígrafe coincida con la estrategia efebofóbica observada en el debate público occidental; al fin y al cabo, sus oradores son los mismos. De esa manera, la demora en el deseado relevo generacional no se debe en modo alguno a la voluntad y políticas de los actuales dirigentes, sino a la falta de talento y determinación de toda una generación, que se viene a sumar a la Generación Perdida intermedia. Así, los jóvenes que han terminado sus estudios y no encuentran trabajo se convierten en ninis, un peligro solo superado por el de los “estudiantes eternos”; en el ámbito político, heredan la apatía característica de la generación predecesora, salvo cuando se organizan en movimientos populares, cuando se transforman en perroflautas antisistema incapaces de llevar sus demandas a las urnas.
En algunos países europeos, la situación laboral y la minusvaloración sistemática del talento juvenil han forzado a miles de estudiantes a probar suerte en el extranjero. Esta fuga de cerebros, que en España se ha atribuido al “impulso aventurero” de la juventud, ha ocasionado un desajuste en aquellos países donde el volumen de emigrados supera al de inmigrantes. En el caso español, se ha llegado a invertir el flujo migratorio con respecto a Latinoamérica, de modo que los españoles emigrados allí superan al total de latinoamericanos desplazados a España. Entre los jóvenes españoles, siete de cada diez se manifiestan dispuestos a abandonar el país, un tercio de ellos por un tiempo largo. La búsqueda de oportunidades laborales se sitúa como la principal causa para emigrar y un 45% volvería por la misma razón; sin embargo, casi un 88% de los emigrados españoles señala los motivos personales y familiares como los más determinantes para regresar.
España, Grecia, Polonia, Eslovaquia y Rumanía son los países europeos con un mayor flujo migratorio negativo. Entre los destinos preferidos se encuentran Austria, Bélgica, Reino Unido y Alemania




España, Grecia, Polonia, Eslovaquia y Rumanía son los países europeos con un mayor flujo migratorio negativo. Entre los destinos preferidos se encuentran Austria, Bélgica, Reino Unido y Alemania.

Reportaje: “Billete de ida ¿y vuelta?”, Carmen Mañana en El País, 2012

La nueva Generación Perdida

A los nacidos entre el final de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión se los llamó la Generación Perdida, título que también se ha atribuido a la Generación X por la poca esperanza que los baby boomers depositaron en ella. A diferencia de sus antecesores, los miembros de la Generación X han sido incapaces de reemplazar en los altos puestos de la sociedad a la generación anterior, pero sí han conseguido encontrar su lugar en el entorno laboral. Ahora la Generación Y teme convertirse en la nueva Generación Perdida, especialmente en los países conocidos como PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) –a los que se viene a sumar Croacia– y en Latinoamérica, cuyos jóvenes emigran hacia el norte en busca de un futuro laboral.
Los progenitores de la Generación Y han trabajado –algunos incluso desde antes de la edad legal– para proporcionar a sus descendientes todos los recursos y la mejor formación, pero han fracasado a la hora de ofrecerles la oportunidad de ponerlos en práctica. Mientras los fondos de reserva de las pensiones menguan, la ausencia de un relevo generacional hace peligrar el futuro de una juventud convertida en fuerza laboral, pero no siempre integrada en el mercado laboral. De parte de los jóvenes, se echa en falta una conciencia de clase con ánimo de hacerse valer más allá de propuestas alternativas de emprendimiento. De parte de los veteranos, escasea asimismo el entendimiento de que «La juventud es el futuro» no es solamente un eslogan y que, con su ayuda, los jóvenes actuales pueden contribuir con su espíritu innovador y nuevos valores a mejorar la sociedad que –y si– se les deja, porque ellos no son el futuro, sino el presente.
Frente al rígido sistema de competitividad y exclusividad de sus antecesores, los milénicos apuestan por un sistema fluido, colaborativo, dinámico y flexible




Frente al rígido sistema de competitividad y exclusividad de sus antecesores, los milénicos apuestan por un sistema fluido, colaborativo, dinámico y flexible. Fuente: Harvard Business Review

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