sábado, 18 de marzo de 2017

Hoy hay más niños y niñas soldados.

Suman unos 300.000 en 17 países y siguen creciendo. Un nuevo informe de la ONU alerta del alto número de menores reclutados en África

A pesar de los esfuerzos realizados en las dos últimas décadas, el número de niñas y niños soldados aumenta en África, una vez más. Suman unos 300.000 en 17 países y siguen creciendo.



En un informe al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el entonces Secretario General, Ban Ki-moon, subrayaba el empeoramiento del impacto de los conflictos armados en los menores en una exposición sobre las tendencias y las pautas de las graves violaciones contra los niños por parte de los actores envueltos en el conflicto de Somalia. Poco después de su toma de posesión, el nuevo Secretario General, Antonio Guterres se hacía eco de este informe y manifestaba su alarma. Del texto se desprende que la mayoría de los combatientes que forman las filas de al-Shabab serían menores de edad.

El documento especifica informaciones que son comunes entre cualquier grupo armado que use niñas y niños como soldados. Dice que los menores de nueve años son entrenados en el uso de armas de fuego y enviados al frente de batalla, además de ser utilizados como espías, para transportar munición y explosivos o realizar tareas domésticas. Una situación a la que llegan después de ser reclutados con las promesas de que les facilitarán educación y trabajo. Se estima que más de la mitad de las fuerzas de al-Shabab están constituidas por niños, y que al menos el 60 % de sus capturas en la región de Puntland, en marzo de 2016, fueron de menores de edad, según recoge el informe. 


En este ambiente de incumplimento de derechos humanos, la rivalidad creada por los intereses de los distintos clanes del país, mantienen al Estado en un continuo conflicto. Recientemente se ha establecido un gobierno que parece contar con el apoyo de todas las fracciones en litigio, sin embargo, al-Shabab amenaza la seguridad de la zona con su oposición a una democracia de estilo occidental.

El informe del Secretario General de Naciones Unidas afirma que aunque al-Shabab es el primer reclutador de menores, también el ejército somalí y otros grupos captan y utilizan a niños. La institución pudo verificar sobre el terreno que, al menos, 6.163 menores fueron reclutados -5.993 niños y 230 niñas- entre el 1 de abril de 2010 y el 31 de julio de 2016, en Somalia. El 30% de estos casos se produjeron en 2012. Al-Shabab habría reclutado el 70% del total, lo que supone 4.213 casos verificados. Por su parte, el ejército somalí es responsable de haber enrolado a 920 menores.

Guterres declara estar "muy preocupado" por la escalada y la naturaleza de las violaciones contra los niños en Somalia y su incremento desde 2015. También ha pedido a todas las partes implicadas en el conflicto somalí que cesen de reclutar menores, de continuar cometiendo atropellos contra ellos y respetar la legislación humanitaria internacional y los derechos humanos.

Niños de nueve años son entrenados en el uso de armas de fuego y enviados al frente de batalla

Por su parte, en su informe anual al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, presentado a finales de enero, la Representante Especial del Secretario General para Niños y Conflictos Armados, Leila Zerrougui, destaca los progresos realizados desde la creación de su departamento hace 20 años, pero también insta a los estados miembros y a las partes en conflicto a que tomen medidas urgentes para poner fin a las graves violaciones que se cometen contra los menores. Este documento recoge los avances logrados durante las dos últimas décadas, pero, a pesar de ello, afirma que los derechos básicos de los niños continúan siendo violados con gran frecuencia.

En lo que concierne a África, el informe señala que en Nigeria y Sudán del Sur, entre otros países, decenas de menores son asesinados, heridos, reclutados y usados como soldados. Zerrougui advierte de que el número y la variedad de los actores que intervienen en los actuales conflictos armados ha contribuido a crear un entorno en el que lo protección de los niños es cada vez más difícil y requiere muchos más recursos.
En los últimos años los hospitales y escuelas se han convertido en objetivos de guerra

Señala como caso de especial importancia la tendencia actual a atacar hospitales, personal sanitario y escuelas, que en los últimos años se han convertido en objetivos de guerra, lo que tiene graves repercusiones sobre los menores. Otro aspecto preocupante derivado de la evolución que realizan los conflictos actuales es la detención y privación de libertad de menores por el mero hecho de ser sospechosos de pertenecer a grupos armados o como consecuencia de la lucha antiterrorista.

Zerrougui hace un llamamiento para que los niños provenientes de grupos armados no gubernamentales sean tratados, en primer lugar, como víctimas y así ser entregados a las agencias y entidades encargadas de su cuidado. Se evita de esta manera su encarcelamiento, por ejemplo, para que tengan acceso a oportunidades de rehabilitación y reintegración.


Las chicas continúan siendo víctimas de violaciones y violencia sexual

En la sección dedicada a las niñas, la Representante Especial del Secretario General subraya que pese a los esfuerzos realizados para terminar con la impunidad, las chicas continúan siendo víctimas de violaciones y violencia sexual. Además, ellas también son reclutadas y utilizadas como soldados. Las estimaciones indican que como mínimo el 40 % de todos los menores que están relacionados con grupos armados, son niñas. En este sentido, Zerrougui pide servicios específicos para la reintegración de estas chicas, que se asegure la vuelta a sus comunidades de origen incluyendo aquellas que ha sido obligadas a casarse, han sufrido violencia sexual o han tenido hijos, circunstancias todas ellas que suelen ser causa de rechazo por parte de la familia y vecinos.

Hasta aquí el informe de la Representante de Secretario General no recoge ningún dato nuevo. Sin embargo, es de destacar que el documento señale los esfuerzos de Naciones Unidas para dialogar con los grupos que utilizan a estos menores. En el caso de África, estos contactos se están intentando en la República Centroafricana, Malí, Nigeria, Sursudán y Sudán. Como se observa no hay mención de Somalia, Libia o de la República Democrática del Congo, por ejemplo.

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