Ahsan Alí Syed, empresario indio dedicado a los negocios del petróleo y las tecnologías informáticas, ha desembarcado en Santander para hacerse con la propiedad del equipo de futbol cántabro por 40 millones de euros.
Al mismo tiempo, a 20.000 kilómetros de la capital cántabra, en la India, se encuentran dos ciudades, Meerut y Jalandhar, cuya economía consiste en la elaboración de balones de fútbol. Miles de niños menores de 14 años, en condiciones inhumanas y en régimen de esclavitud, trabajan 16 horas, con dolores de columna por la incomodas posturas donde pasan horas y horas, con graves problemas visuales por tantas horas seguidas con la vista fija en la aguja y el hilo, con las manos destrozadas de los cueros y los hilos….Todo ello con sueldo ínfimos, en el mejor de los casos, de apenas unas rupias, cuando el valor de esféricos en los mercados occidentales sobrepasa los 30 euros.
Hemos creado un mundo salvaje donde con divisas de la India se compra un equipo de futbol español que practica este deporte con balones fabricados y cosidos en la propia India por niños esclavos, que jamás darán una patada ni jugarán con el balón que fabrican.
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