Un testimonio esperanzador. Alexánder Suvórov, un joven sordociego abocado a la desesperación y al dolor, reaccionó repentinamente tras oír un discurso en el que no se admitía la capacidad de ser íntegras a las personas con deficiencias graves. Hoy en día es doctor en Psicología, trabaja con niños sordociegos e intenta reconciliarse con la Fe.
Compartimos este testimonio con el propósito de reflexionar y dialogar con los amigos, con estudiantes, con profesionales… Una vida de entrega, de lucha y de diálogo con la vida, nada idílica, nada fácil, absolutamente real… ¡¡SEGUIMOS!!
“¿Cuál es su pilar interno? ¿Sobre qué punto de apoyo descansa? ¿la Fe o tal vez la intuición?”
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