Niños de siete países se han reunido en Burundi para hablar de cómo hacer de la paz una realidad en la región de los Grandes Lagos
Son las 6 de la mañana de un sábado, y me encuentro en un hotel a orillas del lago en Bujumbura, preparándome para uno de los eventos más importantes que UNICEF ha acogido en esta región – el Foro Infantil de la Esperanza. Durante más de un año hemos soñado con que esto sucediera y hoy por fin se hace realidad.
Desde donde estoy, puedo ver las costas de la República Democrática del Congo - a tan sólo diez kilómetros del lugar donde me encuentro. Burundi es un país pequeño, sin salida al mar, en el corazón de la región africana de los Grandes Lagos, una de las regiones del mundo más afectadas por conflictos. Y esa es exactamente la razón por la que estamos acogiendo aquí este foro.
Crecer en un entorno seguro y protector debería ser la experiencia de todos los niños, nazcan donde nazcan. Pero en esta región, generaciones de ellos han sufrido conflictos, lo que ha generado un gran número de huérfanos, de menores que viven en la calle... Ha provocada distintos tipos de violencia contra los niños, la falta de acceso a la educación y la sanidad...
Y la lista sigue.
Pero a pesar del hecho de que los conflictos afectan a los más pequeños de una manera desproporcionada, el debate sobre la construcción de la paz casi siempre se desarrolla entre adultos, y ellos rara vez, o nunca, son consultados.
Este foro está destinado a iniciar el cambio en esa dirección. Hay 52 niños de siete países que participan en este evento de dos días, y están aquí para compartir sus experiencias comunes como jóvenes que crecen en la región más afectada por el conflicto -y para aportar soluciones.
Soluciones positivas que proponen los niños
Los niños se sientan a debatir sobre los problemas que afrontan al crecer aquí. Hablan del hambre y la desnutrición, de aquellos como ellos que no pueden ir a la escuela, de la discriminación, de los refugiados. Deo, de 16 años, de la República Democrática del Congo, resume algunos de los pensamientos de todos en las conclusiones. "Mientras estamos hablando, ahora mismo, algunos de nosotros seguimos viviendo bajo el peso de la guerra", dice. "Los gobiernos deberían ayudar en la promoción de una cultura del diálogo en las cuestiones relativas a la paz y la seguridad en la región”.
Pero también hablan de todas las iniciativas positivas puestas en marcha por ellos mismos para promover la paz en sus comunidades. "Las iniciativas de jóvenes por la paz están por todas partes", dice Fadia, de 16 años, de Burundi. Las redes sociales y las plataformas de SMS se están caldeando y diciendo lo mismo: un reportero-U (jóvenes que comparten sus opiniones a través de un servicio gratuito de SMS) de Burundi envía un mensaje de texto para decir que "los niños pueden hacer muchas cosas porque tienen fuerza”. Otro reportero de Uganda escribe que "los menores tienen ideas, sentimientos y emociones. Merece la pena escucharlos. Son los mejores agentes del cambio positivo- los grandes amantes de la paz".
Amplificando las voces de los niños para la paz
De vuelta al foro, la enviada especial para la región de los Grandes Lagos, Mary Robinson, charla con los niños sobre su papel en la construcción de la paz en la región, reconociendo que a menudo son ignorados cuando se toman decisiones que les afectan directamente.
Los niños hacen cola para hablar con ella. Le preguntan sobre los niños que viven en la calle, sobre los que tienen necesidades especiales, sobre el papel de los medios de comunicación para amplificar las voces de los niños. La sesión, prevista inicialmente para una hora, se alarga hasta 90 minutos, pero no me siento capaz de cortarla. Los niños están disfrutando de este intercambio, hambrientos de hablar y de ser escuchados. Me encuentro a mí misma pensando que no son sólo ciudadanos y líderes del futuro, la inspiración y la frescura -algo que los adultos ya no tenemos- están de su parte.
"Los niños tienen una manera de llegar a la gente, tienen una forma de cambiar las cosas", dice Perrykent, 17 años, de Zambia. "Cada generación viene con ideas diferentes. Y sé que de este grupo vamos a hacer buenos líderes y promoveremos la paz y el desarrollo en la región de los Grandes Lagos”.
Esto es solo el comienzo. Las recomendaciones y piezas de arte que salgan del Foro Infantil de la Esperanza se presentarán a los jefes de Estado de la región de los Grandes Lagos. Y en palabras de Ncomi Lukhele, de 16 años, de Sudáfrica, esto es sólo el comienzo:
"Por mucho que seamos de diferentes países, al juntarnos y convertirnos en uno, nos unimos. Asegúrate de que tu voz sea escuchada. Solo no puedes, pero juntos podemos”.
Eliane Luthi es jefa de comunicación de Unicef Burundi. Reportaje ofrecido por el diario El País. Edición del 11 de Junio 2014
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