Es una práctica pedagógica
Nos referimos a una actividad institucionalizada y con una clara intencionalidad educativa. No se trata de procesos espontáneos de interacción entre iguales, sino que en la base siempre encontramos un educador que configura, supervisa y acompaña a los agentes implicados. La función de este profesional resulta determinante, ya que guía a los protagonistas durante la relación y resuelve las posibles dificultades.
Impulsa la creación de vínculos
Se basa en el establecimiento de una relación de proximidad. Así, aunque el grado de cercanía entre iguales varía dependiendo del tipo de ayuda que se dé, podemos afirmar que siempre se establece una relación cara a cara en- tre los participantes. De este modo, se constituyen lazos de afecto y vínculos de amistad, y se favorece el reconocimiento mutuo.
Los participantes comparten un mismo estatus
Los protagonistas son iguales, es de- cir, dentro del grupo del que forman parte son similares en algún aspecto determinante. Normalmente, esta si- militud se refiere a que ambas partes implicadas son estudiantes, de modo que quien se encarga de ofrecer el servicio no es nunca una figura profe- sional.
Los participantes presentan una diferencia
Más allá de los rasgos propios de cada persona derivados de su singularidad, siempre encontramos una diferencia fundamental que es aprovechada por los educadores en la configuración de la actividad. Ésta puede referirse a los conocimientos, a la experiencia o a las habilidades, y define la tarea educativa que hay que realizar.
Uno de los participantes asume un rol educativo intencional respecto al otro
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