Ofrecemos este enlace a una galería de fotos de Gabriel Tizón (presentado por él mismo en esta misma introducción). Merece la pena. Y también destacamos su presentación. Si hay algo que uno aprende como educador según pasa el tiempo es que jamás se debe "desahuciar" a un chico. No somos dueños de la vida de nadie. Tampoco tenemos derechos a mermar las expectativas sólo por el escaso tiempo de la vida de un chico que hemos compartido con él.
GABRIEL TIZÓN (FERROL, 1973) REFUGIADOS EN EUROPA
Mi vida estaba totalmente desorientada y apuntaba mal. Nadie, incluida mi familia, confiaba en mí. La fotografía aparece en mi vida a los 16 años, cuando un amigo me enseña a revelar. Me pareció magia y, desde entonces, me posicionó en esta sociedad, me ofreció la posibilidad de sentirme protagonista mientras observo y escucho a los demás.
La fotografía para mí es sinónimo de supervivencia, la palabra de lo intuitivo, la voz de mis dudas.
Mientras fotografío encuentro un refugio de soledad y, a la vez, aprendo a comunicarme con los demás, a sentir empatía por lo humano, a ser vecino en la distancia.
En definitiva, a la fotografía le debo una gran parte de mí. La otra se la debo al mar.
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