Uno de los trastornos de la infancia más polémicos de nuestra era es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Lo es por lo complejo de su diagnóstico, que hasta la fecha se hace de manera subjetiva (hasta ahora no había pruebas ni análisis objetivos que sirvieran para ello), y porque implica en algunos casos el consumo de metilfenidato, un psicoestimulante que puede ser adictivo y que no está exento de efectos secundarios.
Durante muchos años se ha hablado de que, al no haber pruebas diagnósticas, el riesgo de sobrediagnóstico era evidente, y es que en EE.UU., por ejemplo, llegaron a considerar que 1 de cada 10 niños lo padecía (una cifra altísima).
Ahora, un nuevo estudio ayudará a los profesionales a determinar cuándo hay TDAH y cuándo no, y es que han conseguido demostrar que los niños con TDAH tienen una maduración cerebral insuficiente.
Su cerebro es más pequeño y menos maduro
En el estudio más grande que se ha hecho nunca sobre esta condición, con más de 3.400 personas, los investigadores vieron que el cerebro de las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad es más pequeño y madura más tarde que el de las personas que no tienen dicho trastorno.
Según leemos en CCMA, se realizaron resonancias magnéticas a 1.713 personas con TDAH y a 1.529 personas sin dicho trastorno, de edades comprendidas entre los 4 y los 63 años.
Josep Antoni Ramos-Quiroga, jefe de Psiquiatría del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona y coautor del estudio explica así las conclusiones del mismo:
El estudio pone de manifiesto claramente que el TDAH es un trastorno del cerebro, con estructuras que no están funcionando correctamente y que son más pequeñas. Lo otro, este retraso de la maduración, es el porqué de que las personas con TDAH no llegan a tener conductas de control de su hiperactividad ni su inestabilidad emocional, precisamente porque estas estructuras están alteradas.
Por fin podremos decir que el TDAH existe
El estudio ha sido publicado en la revista The Lancet, y en él han participado profesionales de once países. Lo que han descubierto representa un paso muy importante en la investigación del trastorno, y además en el diagnóstico de la que está considerada la enfermedad mental más frecuente en niños y adolescentes.
Esto debe permitir que las personas que padecen TDAH, las familias que están luchando cada día con el TDAH, tengan un claro reconocimiento y que nadie cuestione más si el trastorno existe o si es algo inventado. El TDAH es un trastorno del cerebro.
Esto choca frontalmente con las declaraciones que hizo antes de morir Leon Eisenberg, la primera persona que habló de TDAH, cuando afirmó que el TDAH era "una enfermedad ficticia".
Gracias al estudio no sólo se confirma su existencia, sino que también se abren nuevas líneas de investigación que deberían ir en la búsqueda de las causas y posibles tratamientos, dado que los pacientes medicados mejoran en su rendimiento, pero no en el volumen cerebral (a pesar de la medicación la diferencia también era evidente).
Además, la resonancia magnética podrá servir para hacer un mejor diagnóstico dado que, como hemos comentado, hasta ahora no había prueba objetiva que pudiera servir para determinar la presencia del trastorno.
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