miércoles, 27 de noviembre de 2013

"La creatividad se aprende igual que se aprende a leer"

Sé que Sir Ken Robinson está de moda. Sé que representa a una élite aristocrática que evidentemente ve anquilosado el actual sistema educativo porque ya no responde al nuevo paradigma económico y cultural que se necesita. La misma crítica se la he oído a Bill Gates. Es decir, tengamos en cuenta que la crítica al sistema educativo no viene sólo desde su incapacidad de responder críticamente a una sociedad injusta que necesita que los niños no se planteen realmente su vocación de personas. Aún así, siempre es sugerente.


Un día visitando un cole vi a una niña de seis años concentradísima dibujando. Le pregunté: "¿Qué dibujas?". Y me contestó: "La cara de Dios". 
¡. ..! 
"Nadie sabe cómo es", observé. "Mejor - dijo ella sin dejar de dibujar-,ahora lo sabrán". 

Todo niño es un artista. 
Porque todo niño cree ciegamente en su propio talento. La razón es que no tienen ningún miedo a equivocarse... Hasta que el sistema les va enseñando poco a poco que el error existe y que deben avergonzarse de él. 

Los niños también se equivocan. 
Si compara el dibujo de esa niña con la Capilla Sixtina, desde luego que sí, pero si la deja dibujar a Dios a su manera, esa niña seguirá intentándolo. El único error en un colegio es penalizar el riesgo creativo. 

Los exámenes hacen exactamente eso.
No estoy en contra de los exámenes, pero sí de convertirlos en el centro del sistema educativo y a las notas en su única finalidad. La niña que dibujaba nos dio una lección: si no estás preparado para equivocarte, nunca acertarás, sólo copiarás. No serás original. 

¿Se puede medir la inteligencia? 
La pregunta no es cuánta inteligencia, sino qué clase de inteligencia tienes. La educación debería ayudarnos a todos a encontrar la nuestra y no limitarse a encauzarnos hacia el mismo tipo de talento. 

¿Cuál es ese tipo de talento? 
Nuestro sistema educativo fue concebido para satisfacer las necesidades de la industrialización: talento sólo para ser mano de obra disciplinada con preparación técnica jerarquizada en distintos grados y funcionarios para servir al Estado moderno. 

La mano de obra aún es necesaria. 
¡Pero la industrialización ya no existe! Estamos en otro modo de producción con otros requerimientos, otras jerarquías. Ya no necesitamos millones de obreros y técnicos con idénticas aptitudes, pero nuestro sistema los sigue formando. Así aumenta el paro. 

Pero se nos repite: ¡innovación! 
La piden los mismos que la penalizan en sus organizaciones, universidades y colegios. Hemos estigmatizado el riesgo y el error y, en cambio, incentivamos la pasividad, el conformismo y la repetición 

No hay nada más pasivo que una clase. 
¿Es usted profesor, verdad? Las clases son pasivas porque los incentivos para estar calladito y tomar apuntes que repetirá son mayores que los de arriesgarse a participar y tal vez meter la pata. Así que, tras 20 años de educación en cinco niveles que consisten en formarnos para unas fábricas y oficinas que ya no existen, nadie es innovador. 

¿Cuáles son las consecuencias? 
Que la mayoría de los ciudadanos malgastan su vida haciendo cosas que no les interesan realmente, pero que creen que deben hacer para ser productivos y aceptados. Sólo una pequeña minoría es feliz con su trabajo, y suelen ser quienes desafiaron la imposición de mediocridad del sistema. 

Tipos con suerte... 
Son quienes se negaron a asumir el gran error anticreativo: creer que sólo unos pocos superdotados tienen talento. 

"Sé humilde: acepta que no te tocó". 
¡Falso! ¡Todos somos superdotados en algo! Se trata de descubrir en qué. Esa debería ser la principal función de la educación. Hoy, en cambio, está enfocada a clonar estudiantes. Y debería hacer lo contrario: descubrir qué es único en cada uno de ellos. 

¿La creatividad no viene en los genes?
Es puro método. Se aprende a ser creativo como se aprende a leer. Se puede aprender creatividad incluso después de que el sistema nos la haya hecho desaprender. 

Por ejemplo... 
Soy de Liverpool y conozco el instituto donde recibieron clases de música mi amigo sir Paul McCartney y George Harrison... ¡Dios mío! ¡Ese profesor de música tenía en su clase al 50 por ciento de los Beatles! 

Y... 
Nada. Absolutamente nada. McCartney me ha explicado que el tipo les ponía un disco de música clásica y se iba a fumar al pasillo. 

A pesar del colegio, fueron genios. 
A Elvis Presley no lo admitieron en el club de canto de su cole porque "desafinaba". A mí, en cambio, un poliomielítico, me admitieron en el consejo del Royal Ballet... 

Ahí, sir, acertaron de pleno. 
Allí conocí a alguien que había sido un fracaso escolar de ocho años. Incapaz de estar sentada oyendo una explicación. 

¿Una niña hiperactiva? 
Aún no se había inventado eso, pero ya se habían inventado los psicólogos, así que la llevaron a uno. Y era bueno: habló con ella a solas cinco minutos; le dejó la radio puesta y fue a buscar a la madre a la sala de espera; juntos espiaron lo que hacía la niña sola en el despacho y... ¡estaba bailando! 

Pensando con los pies. 
Es lo que le dijo el psicólogo a la madre y así empezó una carrera que llevó a esa niña, Gillian Lynne, al Royal Ballet; a fundar su compañía y a crear la coreografía de Cats o El fantasma de la ópera con Lloyd Webber. 

Si hubiera hecho caso a sus notas, hoy sería una frustrada. 
Sería cualquier cosa, pero mediocre. La educación debe enfocarse a que encontremos nuestro elemento: la zona donde convergen nuestras capacidades y deseos con la realidad. Cuando la alcanzas, la música del universo resuena en ti, una sensación a la que todos estamos llamados.

1 comentario:

  1. Me he emocionado Manuel Araus con tú artículo. Apenas curso 2º Educación Social a mis 39 años y creo que con este artículo he comprendido como una educación mal gestionada puede dar al traste con tus sueños. Nunca fui mal estudiante, muy al contrario destacaba en la escuela más que por sobrados sobresalientes quizás por una personalidad más empática , comunicativa. El instituto hizo de las suyas como la pubertad y la adolescencia mal llevada así que cursé hasta COU y empecé a trabajar de secretaria y así con el devenir de los años y darte cuenta de que no era lo que tú querías te planteas estudiar de nuevo , así que con 28 años y embarazada de mi única hija PAULA, hice el Acceso por psicología, luego empezé 1ºde Psicología, pero como todo en la vida tiene su tiempo, el mío y la prioridad era esa niña. Luego el cambio de localidad de Madrid a Granada, oposiciones fallidas a la Junta de Andalucía con sobresalientes sin plaza, años de paro y falta de ingresos , hasta que por fin el 2006 me llega la recompensa y un TE Mediación Intercultural.....Aprendí mucho, y comprendí que había estado perdiendo muchos años valiosos en mi vida. Que la había reconducido mal, que no supe elegir....aún así seguí equivocándome , no me daban oportunidades laborales, y por fin otro cambio en mi vida y de hogar esta vez a Córdoba en 2009 , abrió de nuevo el empleo como Mediadora Intercultural, impartiendo talleres de solidaridad por los IES . Fue un año fantástico y de nuevo oposiciones fallidas, desempleo y la luz se volvió a iluminar en 2012 que comencé la Carrera Grado en Educación Social ycomo si de un guante de latex se tratara comprendí que esto es lo que BUSCABA DESDE QUE TENGO USO DE RAZON. Así que recordé unas palabras de un profesor de COU del nocturno llamado Rafael "Carmen lo tuyo es una carrera relacionada con lo social, a ti te pega socióloga..." Entonces no atendí sus palabras ahora resuenan en mi conciencia y comprendo que él si supo ver en mi un talento que yo misma he tardado en vislumbrar 38 años. Ojala que cuando ejerza de educadora pueda contribuir a que muchos sueños se hagan realidad , solo tenemos que reconducirlos para que encuentren su TALENTO.

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