jueves, 13 de marzo de 2014

MULTITAREA, ¿BENEFICIO O PERJUICIO?

Este es un debate importante. Están en juego las transformaciones profundas que tienen lugar en nuestra forma de aprender como consecuencia de la inmersión en nuevas tecnologías de la comunicación que forman parte cada vez más de nuestro entorno. Estaría bien que nos aportaras argumentación lo más elaborada posible en uno y otro sentido. Valga de aperitivo este cruce de puntos de vista. Y nuestro enlace al artículo sobre el libro SUPERFICIALES en este mismo blog.



Chris Stefanski, ex profesor de tecnología de los grados Kindergarten a 8°. En la actualidad es el director asociado de tecnología para los colegios diocesanos Paterson de New Jersey, USA. Ayuda tanto a directivos como a docentes a suplir sus necesidades educativas en TIC.
Dennis McElroy, es profesor asociado de educación y director de TIC en la Escuela Glaser de Educación de la universidad de Graceland en Lamoni, Iowa, USA. Anteriormente trabajó como docente de ciencias en secundaria, administrador y consultor de tecnología para el departamento de educación de Iowa.
Aunque suene a cliché, el viejo adagio sobre el huevo y la gallina, le viene como anillo al dedo a esta discusión. ¿Nuestra dependencia de la tecnología moderna se originará en el deseo de las personas de acometer múltiples tareas simultáneamente (multitarea)? O, ¿nuestra propensión a la multitarea se desarrolló y expandió gracias al sin número de herramientas que nos permiten “brincar” entre unas y otras?
En un día cualquiera, puedo estar escribiendo un reporte para el trabajo, contestando correos electrónicos, ayudándole a un colega vía mensajería instantánea y depurando algún código; todo lo anterior, mientras oigo música. Al tiempo que digito este artículo, tengo abiertos dos navegadores de Internet, con una multitud de pestañas (sitio web del trabajo, correo del trabajo, administrador de Apps de Google, correo personal, la plantilla que estoy generando para la página web de una maestra, música de Google y mi página de la plataforma “Blackboard” que uso para mis estudios de posgrado. Todo lo anterior, además, del procesador de texto de Microsoft Word y tres archivos de hoja de cálculo (Excel).
Yo no puedo sentarme y trabajar de manera ininterrumpida en una tarea determinada, hasta completarla; no porque no lo quiera hacer, sino porque mi entorno y cultura no me lo permiten. Aunque me gustaría poder sentarme y trabajar en una sola cosa de principio a fin, no puedo simplemente ignorar todas las llamadas telefónicas, los correos y las otras solicitudes que recibo. Se espera de todos que estemos constantemente disponibles y conectados, de manera que no tenemos otra opción que la multitarea. Debido a la enorme cantidad de herramientas y contenido a la que tienen acceso nuestros estudiantes experimentan un desbordamiento similar, ahora y en el futuro, y saber cómo realizar múltiples tareas es de vital importancia para manejar esa sobrecarga. 
Para optimizar la multitarea, tenemos que aprender a identificar críticamente la tarea más importante del momento, teniendo en cuenta tanto factores de trabajo como personales y, trabajar en esa tarea hasta que se presente algo más importante, que nos puede conducir todavía a otra más, mientras que en nuestra cabeza se sigue desarrollando la primera que estábamos acometiendo. Es crucial para la multitarea desarrollar los pensamientos crítico y analítico necesarios para poder, en medio segundo, identificar si se debe continuar trabajando en esa primera tarea o cambiar a una nueva. La única forma de adquirir esas habilidades es mediante la práctica, algo que los adolecentes están haciendo en abundancia. Si desarrollan la habilidad de saltar rápidamente entre una tarea y otra, los estudiantes están perfeccionando las mismas habilidades que necesitan para navegar exitosamente por la avalancha de información a la que tienen acceso. Es muy fácil aún para un profesional veterano quedar enterrado en una montaña de trabajo y de datos, de manera que es importante generar las habilidades que le permitan filtrarlos efectivamente.
Lo que sí puedo asegurar, es que existen grandes problemas pues las prioridades de muchos adolecentes no son las mismas de los adultos. Ellos todavía están aprendiendo cómo moverse con facilidad entre tareas, hacia algo que es más importante; pero muchas veces, hablar con un amigo, es para ellos la prioridad. Como líderes tecnológicos y modelos a seguir, es nuestro deber ayudar a nuestros estudiantes a identificar y perfeccionar sus habilidades de pensamiento crítico de manera que puedan usar su tiempo efectivamente y ser exitosos más adelante en la vida.
Parecería que la multitarea es una parte natural del funcionamiento humano normal. Es verdad que, por ejemplo, sus ojos pueden estar viendo esta narrativa mientras que sus oídos estén oyendo lo que acontece a su alrededor. Sus manos y dedos pueden estar navegando esta página a medida que usted lee el texto. Su cerebro es capaz de discriminar lo que es importante de entre los extraños impulsos que sus sentidos están recibiendo. Puede cambiar de foco instantáneamente, cambiando el foco de tareas sacándolas de la atención principal y volviéndolas a traer a ésta. Aún el proceso de escribir este ensayo es un ejemplo de multitarea: mis dedos presionando las teclas, mi cerebro pensando en lo que va a seguir, mis oídos filtrando los ruidos provenientes de otras oficinas o de los estudiantes en el corredor. ¿Pero es esto a lo que mucha gente se refiere cuando se habla de multitarea?  
Creo que actualmente cuando mucha gente piensa en multitarea, más bien se están refiriendo a lo que la tecnología está en capacidad de hacer. Desde finales de los 80, los sistemas operados por computador tienen la capacidad de correr simultáneamente varios procesos. Desde que esto sucedió hemos trasferido esta idea a nuestros propios cerebros y ahora tenemos para nosotros esas mismas expectativas. En lugar de priorizar y enfocarnos en una tarea particular, mientras otras tareas menores, operan en el trasfondo, ahora creemos que debemos tener múltiples procesos corriendo en las mismas condiciones y al mismo tiempo.
Earl Miller, neurocientífico del Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT) fue citado en el 2008 en un programa radialaseverando, “Por lo general los seres humanos no pueden enfocarse en más de una cosa al mismo tiempo”, a diferencia de los computadores que pueden correr múltiples procesos con el “foco” necesario en cada uno de ellos. El dice que en cambio “cambiamos nuestro foco de atención de una cosa a la otra con velocidad pasmosa”.
El meollo de la explicación de Miller es su énfasis en “el foco”. Mientras un computador ciegamente puede procesar múltiples tareas, pues es incapaz de distraerse; no escucha el entorno, no huele lo que se está cocinando, no ve imágenes en la Televisión, los seres humanos, al lado opuesto del espectro, constantemente están recibiendo y procesando información. Somos el dispositivo de ingreso de información por excelencia. No podemos acallar nuestros sentidos. Podemos diferenciar lo que es importante y que no lo es, pero esto también consume energía cerebral. Por esto nos distraemos y por eso perdemos a veces el foco.
Las clases de psicología educativa, nos enseñan que la música clásica, la vainilla y mirar a nuestro alrededor, benefician el aprendizaje. Pero si la música suena muy duro, el olor es muy fuerte y el sol está muy brillante, estos estímulos pueden tornarse rápidamente en distractores. Si lo anterior es cierto, no es aventurado imaginar el impacto que tienen para enfocarse, los mensajes de texto entrantes, el parloteo de la televisión y la música a todo volumen del iPod.  
Para hacer algo bien, debemos estar en capacidad de enfocarnos en esa tarea y relegar otros impulsos a niveles menores de conciencia. Mientras más compleja la tarea mayor foco requiere. Manejar un carro es un muy buen ejemplo. Investigaciones numerosas y a profundidad, muestran la influencia que tiene el alcohol (que afecta la concentración), el envío de mensajes de texto y otros distractores, en nuestra habilidad para manejar; simplemente, transfiera esta analogía al aprendizaje. De ninguna manera pueden nuestros estudiantes trabajar al máximo de su potencial si su atención está en otra parte.

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