Se trata de una presentación propia, abierta, expuesta entre amigos, de cara a que las nuevas tendencias pedagógicas y los nuevos paradigmas educativos no pierdan de vista que el principal reto educativo sigue siendo cómo "alfabetizar" y dar voz a los que este aparato neocapitalista sigue queriendo dejar en la cuneta de la historia. Se esperan colaboraciones. A ver si llegan. Os dejo, a continuación de la presentación, el desarrollo teórico de la misma (para los interesados).
CLAVES PARA UNA EDUCACIÓN LIBERADORA EN EL SIGLO XXI
1. PRIMERA CLAVE: UNA EDUCACIÓN QUE TOMA
PARTIDO.
La educación nunca ha podido ser neutral. La
educación liberadora no lo es. La pregunta que sigue vigente es: ¿al servicio
de quién educamos? ¿De qué persona? ¿De qué sociedad?
“En el conflicto entre el poderoso y el desposeido, el no
intervenir no significa ser neutral sino ponerse del lado del poderoso”
La formulación explícita de una educación
conocida como educación liberadora la conocemos principalmente, en el ámbito de
la pedagogía, en Freire. Hay tres libros cuyo título nos dan una pista
importantísima sobre tres elementos constituyentes de esta “no neutralidad”:
a.
Pedagogía
“del oprimido”. Es decir , y
ahora utilizo palabras de Milani, la educación liberadora conlleva una opción
“clasista”, una apuesta por la promoción del “oprimido”, del “explotado”, del
“excluido” de un mundo que define tu estatus, tu “dignidad”, por el “valor” que aportas al Capital, al
Mercado. Conlleva, por lo tanto, poner en valor otra cultura, la cultura del
pobre, la cultura del trabajo, la cultura de la solidaridad: una cultura
encarnada en “los pueblos empobrecidos”.
b.
Pedagogía
de la “indignación”. Con él se pone de manifiesto que no hay auténtico
compromiso con el oprimido sin una profunda “angustia” por las causas que
producen la injusticia de la opresión. Se trata, por tanto, de una
“indignación” dirá él libro, que nace de su apuesta de amor.
c.
Pedagogía
de la “esperanza”. No es explicable una educación liberadora sin una
firme apuesta, sin una absoluta certeza, en las posibilidades de un mundo
fraterno y justo. No es posible una educación liberadora sin una absoluta
confianza, sin una firme fe en las posibilidades del pueblo y del muchacho
¿Y si no tenemos a los “oprimidos” en nuestras aulas, en nuestros “espacios” educativos, entonces no puede
haber educación “liberadora”?
Puede no haberla también
teniéndolos delante de nosotros todos los días. La decisión permanente a la que
nos enfrentamos es la de si aceptamos descentrar “nuestro punto de vista”,
nuestra vida, nuestros intereses egoístas, personales y colectivos, nuestras
luchas. La decisión que debemos plantearnos tomar o no tomar es la de poner en
nuestro punto de vista su mirada de la realidad, sus vidas, sus luchas. ¿Se
puede hacer esto sin conocerlos, sin hacer un esfuerzo por comprenderlos, sin
“colonialismos” ni “asistencialismos”, sin “hablar por ellos”…es decir, sin el
firme compromiso de nuestra vida con ellos, sin la firme convicción de que
prescindiendo de “ellos” tampoco es posible nuestra “liberación”, nuestra
felicidad, nuestra libertad?
Esta es la clave fundamental para
plantearnos una educación liberadora. En este sentido ya hay quién se ha
planteado cómo llevar a cabo una
educación liberadora “desde el opresor”.
Algo apuntaremos en la segunda clave
Recomendaciones para profundizar en esta clave
Conocimiento de las corrientes pedagógicas que tienen este presupuesto
y sus prácticas (Historia y Filosofía de la Educación). Recomendamos
especialmente:
-
Pedagogías de la Acción- Reflexión, del V- J- A.
Carjdin, G. Rovirosa, D. Tomás Malagón. Método de Encuesta y Formación de
Militantes.
-
Pedagogía de Freire
-
Experiencia de Milani y la Escuela de Barbiana.
Ampliar con la bibliografía sobre Milani (mucha de ella de José Luis Corzo)
-
Pedagogías críticas del S. XIX y XX (Tolstoi,
Makarenco, Dewey, Giroux, Montessori, Freinet, Neill, Escuela Nueva,
Colectividades anarquistas, Escuela Autogestionarias, Illich,…)
2. SEGUNDA CLAVE: “DAR LA PALABRA A LOS
POBRES” (MILANI).
¿Qué
sería la “Alfabetización” en el Siglo XXI? Alfabetizar es tener las
herramientas necesarias para poder comprender y
poder actuar en el mundo en que vivimos.
El aprendizaje en clave liberadora (alfabetización crítica) implica:
a.
Aprender
es aprender a observar- escuchar la
vida misma, la realidad
b.
Aprender
es comprender las razones de lo que ocurre, interpretar, criticar-
discernir…aquello que nos hace más personas y aquello que nos despersonaliza
c.
Aprender
es pronunciarse, actuar, sentirnos responsables de aquello que vemos,
sentimos, observamos.
En otras palabras, alfabetizar comprende
en la actualidad (informe UNESCO del año 72), los siguientes aprendizajes:
a.
Aprender
a SER. El descubrimiento de la propia Vocación: Educar desde la
observación continua de lo que pasa en la vida, para sentir la llamada que a
cada hombre le hacen todos los demás e iniciar la respuesta. Como ser humano. Teniendo en cuenta todas sus dimensiones: física,
afectivo-emocional, profesional, espiritual y religiosa. Pero especialmente
educar para descubrir el sentido de la vida. (Pedagogía de las alturas)
b.
Aprender
a HACER. Resolver los problemas que nos vamos a encontrar. Se trata de
una pedagogía de la Acción, de la inmersión en la acción transformadora, del
poner siempre “actos”
c.
Aprender
a APRENDER. Una comprensión
adecuada de la alfabetización la convierte en un proceso dinámico e inacabado.
No estamos “alfabetizados” con tener “una herramienta” como la lectura y la
escritura, sino cuando estamos cualificados para no dejar de aprender en ningún
momento.
d.
Aprender
a VIVIR y CONVIVIR. Traigo aquí a colación un proyecto que
deberíamos al menos dialogar en clave educativa. Se trata del proyecto Izán del
Centro de Estudios por la Paz de Arantzazu. Nos plantea, con mucha seriedad, que
toda convivencia, en el sentido más profundo, requiere de cuatro aprendizajes
básicos. Los dejo enunciados:
i.
Aprendizaje de la limitación de la condición
humana. Conciencia de las limitaciones. Empatía
ii.
Aprendizaje del
sentido del agradecimiento.
iii.
Aprender a escuchar la propia conciencia
iv.
Aprendizaje de la dignidad humana. Compromiso y
responsabilidad con los demás. Lo aprendido es una sociedad más justa que se
consigue o se estropea a cada paso.
¿Qué características tendría esta “alfabetización crítica” desde una
situación de opresión? (Notas para una pedagogía del opresor, de J.L. Corzo)
a.
El aprender a observar del que hablábamos antes
implica ampliar nuestra mirada para descifrar un mundo que ya es global,
interdependiente, y ponerla sobre los “excluidos” que son mayoría. El mundo
enriquecido es minoría. Hay tareas
educativas que una alfabetización inicial no podría dejar de lado. Una de las
primeras, que entren los problemas de la
mayoría de la humanidad en las aulas, en nuestras vidas. El periódico es un
buen medio. Pero hay más: el cine, el teatro, los viajes (no colectivos) a
trabajar, la acogida de los inmigrantes, el “dejarse preguntar” (la entrevista
a todos los que tienen algo que decirnos),…
b.
Para aprender a comprender este mundo de los
débiles, de la marginación, de los excluidos … serán necesario reestructurar muchas de las áreas que
conocemos e introducir alguna otra
que apenas se toca: historia del trabajo, de los pobres, economía básica,
conceptos de política,…
c.
La gran tarea educativa que nos espera es ayudar a tomar postura. En este sentido
será preciso que la educación del opresor
a.
Amplíe el horizonte de nuestros intereses más
allá del egoísmo, a que en nuestro corazón quepan muchos más y nos importen
b.
Conozca el testimonio de la historia, el
testimonio colectivo y el testimonio personal de los que han tomado y siguen
tomando postura frente a la injusticia
c.
Ponga manos a la obra con compromisos concretos
tanto personales como colectivos. Sencillos, a la medida de lo que la conciencia
que se vaya teniendo vaya pidiendo. Pero demostrativos de lo que podemos hacer.
Recomendaciones para profundizar esta clave:
-
Carta a una Maestra. Libro que
debiera ser de lectura obligada en las escuelas de magisterio y pedagogía
-
Pedagogía del oprimido. P. Freire
-
Informe del equipo de Edgar Faure para la
UNESCO: Aprender a Ser
-
Informes de la Comisión Europea y profundizar en
el tema: Educar en la Sociedad de la Información y el Conocimiento (No propongo
libro en concreto porque hay muchos interesantes)
-
Pedagogía de las alturas. Una
aplicación pedagógica de la psicología de Victor Frank (logoterapia)
-
Vivir y Convivir. Cuatro aprendizajes
básicos. Informe Izán.
3. TERCERA CLAVE: EDUCAR ES UN PROCESO
COMUNITARIO.
Nos educamos juntos. Otra vez Freire: “Nadie educa a nadie. Nos educamos
juntos. En medio de la historia”. NO hay educación al margen de
una comunidad. La pedagogía del Siglo
XXI habla de Comunidades de enseñanza- aprendizaje o Comunidades de Aprendizaje.
Esta afirmación se ha confirmado por la mayoría de las teorías científicas más
actuales. Conlleva siempre las siguientes premisas educativas:
a.
Somos
sujetos de nuestro propio aprendizaje, de nuestro propio proceso educativo.
Todos y cada uno de nosotros. El niño también.
b.
Todos
tenemos algo que aprender y algo que enseñar. Ruptura del esquema bancario.
Educar no es transmitir. Educar es
despertar, poner en marcha procesos de autonomía, proporcionando “la palabra”,
es decir, la conciencia de sí. Esto tiene como consecuencia la ruptura de los
roles tradicionales “el que sabe- el que no sabe”. En el ámbito formal, el
maestro, en tanto que adulto responsable, obliga a ver, ayuda a aprender,
provoca – también desde su testimonio- la toma de decisiones.
Pero el desarrollo personal, el
aprendizaje, siempre, siempre es con los demás. Nos educamos juntos. Somos solidaridad. No es que podamos
decidir si lo somos. Es que lo somos.
“Yo me complazco en ser persona a causa de mi
responsabilidad ética y política en el mundo y con los otros. No puedo ser si los otros no son; sobre
todo no puedo ser si prohíbo que los otros sean” (FREIRE)
c.
Y actuamos contra natura cuando prescindimos de
esta dimensión fundamental de nuestro ser.
Las instituciones, los ambientes
y las referencias culturales de las personas, que configuración el
entramado de lo que nos “educa”
realmente en este momento histórico, actúan potenciando nuestro “repliegue” en
individualista, nuestra tendencia egoísta y competitiva. Por ello, la educación liberadora no puede prescindir
de tener que Aprender a Colaborar, a cooperar.
Recomendaciones para profundizar en esta clave.
Puede observarse en esta clave,
de cara a que los educadores nos dotemos profesionalmente de las herramientas
adecuadas para ejercitar nuestro compromiso de educadores para la solidaridad,
una doble necesidad:
a.
Conocer las “teorías psicológicas” más
actuales que desarrollan las múltiples dimensiones interconectadas que
hay que tener en cuenta en los sujetos que aprendemos:
-
La teoría de las Inteligencias múltiples (hoy
haciendo mucho hincapié en la dimensión creativa, emocional y espiritual)
-
Las teorías del desarrollo y funcionamiento del
cerebro. Neuroeducación. La inteligencia ejecutiva.
b.
Conocer las “teorías del aprendizaje” más
actuales que sustentan esta afirmación de que “todos somos sujetos de
nuestro propio aprendizaje”. Aquí están:
-
Las teorías constructivistas
-
Las del procesamiento de la información
-
Las del aprendizaje dialógico.
-
Las del aprendizaje expansivo
c.
Conocer las herramientas- técnicas- medios
que se han desarrollado teniendo en cuenta esta dimensión social- comunitaria
del aprendizaje:
-
Aprendizaje Cooperativo
-
Aprendizaje Colaborativo
-
Aprendizaje Servicio
-
Comunidades de Aprendizaje
4. CUARTA CLAVE: INTEGRAR “LA CALLE”. UNA
ESCUELA DESDE LA VIDA Y PARA LA VIDA
Una educación liberadora hoy no puede
prescindir de tener en cuenta TODOS los ámbitos dónde estamos siendo “educados”
y por lo tanto, condicionados. Para
entendernos diremos que no podemos
desentendernos de ninguno de los tres ámbitos clásicos que conforman lo que se
llamado el universo educativo global en el que estamos inmersos: el ámbito formal (Escuela), el ámbito
no-formal (la para- escuela o entramado de instituciones educativas en
torno a saberes y competencias que no acaban de “asegurarse” en el ámbito
formal) y sobre todo el ámbito informal
(al que hemos venido llamando “la calle” y que hoy está bastante bien
representado en las industrias y medios de comunicación social).
Hablamos
de una escuela paralela conformada por los siguientes espacios:
a. El espacio familiar
b.
El
espacio urbano: vecindario, barrio, pandilla de iguales, servicios y
lugares de ocio
c.
El
espacio “tecnológico”: Videojuegos, tv, radio, cine, ordenador- móvil-
internet. Y los productos “culturales”: series de tv, cuentos, revistas,
libros, cine, música, moda, publicidad,…
d.
El
espacio “virtual”: foros y redes sociales
Este último ámbito, el informal, constituye uno de los desafíos fundamentales
de la educación liberadora. Señalaré al menos tres motivos
suficientemente significativos que todo el mundo verbaliza de una u otra
manera:
a.
Es el
espacio más amplio e influyente en la configuración de la personalidad de
todos y cada uno de nosotros tras haberse debilitado- inhabilitado-
transformado , respondiendo a un plan, a
los otros grandes agentes- espacios de socialización fundamentales: la
familia, la escuela y el trabajo.
b.
Ha
transformado profundamente la cultura y la mentalidad de las personas con
las que tenemos que plantearnos educar y ser educados: sus formas de sentir,
pensar- razonar, hablar y actuar; la
información, los conocimientos que recibimos, el entorno de nuestras relaciones
y las propias formas de relacionarnos, sus motivaciones- deseos, el sentido de
la vida
c.
No es un
espacio, desde el punto de vista de su incidencia educativa, NEUTRAL. Su
“programa cultural- pedagógico” está perfectamente planificado, con millones de
especialistas cualificados trabajando para él, y dependiendo de todo un
entramado de instituciones que conforman eso que hemos dado en llamar EL
MERCADO.
En clave de “educación liberadora”, la
pregunta que nos hacemos es: ¿Cómo integrar este reto en un proceso
educativo que quiera ser liberador? Puesto que la mayor parte de las
“competencias” para moverse, adaptarse, conformarse a la situación actual, se
dan fuera de la Escuela, ¿qué sentido tiene ya ésta?
a.
La respuesta que parece abrirse camino es la
de la “ADAPTACIÓN”. Parece que todo el mundo está de acuerdo en que el
modelo educativo formal está llamado a transformarse en torno a la aparición de
este “nuevo paradigma educativo”. NADIE LO PONE EN DUDA. En este sentido es
evidente que estamos en un proceso imparable de transformación del sistema
educativo formal. Cualquier experiencia
innovadora en este sentido va a tener el refrendo de una opinión pública que no
para de repetir que tenemos un sistema educativo obsoleto. La transformación va a consistir básicamente
en adoptar sin más el nuevo paradigma educativo. Este tiene mucho que ver con
las transformaciones que ha sufrido la estructura productiva en el sistema
económico, en la sociedad de la información y el conocimiento. Veremos cómo se
integran no sólo “las nuevas tecnologías”
(alfabetización digital e integración de las TIC y alfabetización en inglés,
los idiomas del imperio), sino también de las “nuevas formas de organización”
(flexibles y de alta movilidad) y las “nuevas técnicas de investigación-
aprendizaje” (aprendizaje basado en casos, problemas o proyectos) en el ámbito
formal. Es decir, la inmersión del mundo “no formal” e “informal” en el ámbito
formal. El paso lo marcan “las élites”,
los intereses de las “grandes empresas”,… por supuesto a través de todas las
formas de presión- influencia que tienen.
b.
Pero necesitamos una respuesta en clave liberadora
a este reto. No se trata de adaptarnos sin más a los nuevos tiempos, de
incorporar sin más las nuevas modas o innovaciones educativas…porque así lo
demanda la presión del ambiente. Nuestra
respuesta a este reto pasa por los siguientes hipótesis:
-
Se
necesita un ámbito “formal” (organizado)
para tomar conciencia de cuáles son “los condicionantes de nuestra vida,
para “reflexionar” de manera sistemática
y permanente sobre todos y cada uno de estos instrumentos empleados, su razón
de ser, su “lenguaje”, su forma de actuar,…para desentrañarlos, despiezarlos,
profundizar en su filosofía. La “Escuela” liberadora debe asumir esta función:
convertir la vivencia diaria y cotidiana en experiencia de vida reflexionada.
En este sentido debe convertirse en un “observatorio”, un “laboratorio”, un
“quirófano”, un equipo de investigación. Debe hacer “explícito”, visible,
objeto de reflexión,…lo que YA está dentro de ella en todas sus “relaciones
informales”: las noticias, la publicidad, las modas, los móviles,…
-
Se
necesita un ámbito “integral”, comunitario.
Lo que lógicamente se traducirá en un espacio mucho más abierto y
flexible, intergeneracional
Recomendaciones para profundizar:
·
La
pedagogía cultural. Es una rama ya bastante desarrollada dentro de la
pedagogía crítica.
·
La
pedagogía en relación a la integración de las TIC (Educación 2.0, educación
3.0,…) y los debates sobre la “alfabetización digital”
5. QUINTA CLAVE: UNA ESCUELA A PLENO TIEMPO
Si hay algo que ha puesto de manifiesto la
actual “crisis” del sistema educativo formal es…
a.
Su
inadaptación permanente a una realidad cambiante en el tiempo. Hace unos
pocos años hablaba a mis alumnos de la necesidad de reciclarse profesionalmente
de hasta tres veces a lo largo de su vida laboral. Era una tendencia bastante
evidente a pesar de que no han pasado ni tres generaciones entre la experiencia
de mi padre y la de mis hijas. Mi padre prácticamente desarrolló toda su vida
laboral en la misma empresa y con un puñado de conocimientos que indudablemente
tuvo que reciclar, pero apenas. A mis hijas, la mayoría de los conocimientos
que tienen apenas les valdrán nada más acabar de estudiar su carrera. Por no
hablar de el listado de trabajos por los que tendrá que pasar.
b.
Estar
continuamente rebasada, en el presente, por las directrices y las pautas que la
plantean esa otra “escuela paralela” de la que hemos hablado, la de
los otros ámbitos que la rodean: el
ámbito no formal y sobre todo el informal.
¿Quién se alumno se siente hoy comprometido no sólo con los contenidos
sino con las expectativas de recompensa social que teóricamente ofrece la
educación?
Si el fracaso escolar marca ya
una línea nítida entre los que forman parte de los sectores más empobrecidos y
los que no, el empleo del tiempo no escolar supone que entre estos dos grandes
sectores aparezca un abismo. La brecha
que introduce “la tecnología” es digna de estudiarse. Precisamente porque
el concepto de “alfabetizado” implica un nivel de competencias cada vez más
alejado de la triste “escuela” que reciben los menos favorecidos.
Así que, en clave de educación
liberadora, nos tendremos que plantear cómo
integramos todos los ámbitos “educativos” (el formal, el no-formal y el
informal) en los “espacios liberados”
(espacios de educación solidaria, espacios de educación liberadora) para toda
la comunidad, sino también cómo los mantenemos operantes estos “espacios” 24 horas al día, abarcando el pleno del
tiempo diario,… y el pleno tiempo a lo largo de las distintas etapas de la vida:
la niñez, la juventud, la adultez, la vejez.
Es el reto de lo que siempre hemos conocido como la “formación
permanente”
UNA NOTA FINAL
SOBRE LOS EDUCADORES EN CLAVE “EDUCACIÓN LIBERADORA”
“Con frecuencia me preguntan qué tengo que hacer para dar
esta Escuela (solidaria). Equivocan la preguntan. Lo verdaderamente importante
es CÓMO TENGO QUE SER” ¡No se puede explicar en dos palabras! Hay
que tener las ideas claras en cuando a los problemas sociales y políticos. No
hay que ser interclasista sino que es preciso tomar partido. Hay que arder del
ansia de elevar al pobre a un nivel superior. No digo ya a un nivel igual al de
la actual clase dirigente. Sino superior: más humano, más espiritual, más
cristiano, más todo”
Todo se reduce a inquietarlos el alma.
Lorenzo Milani
Cualidades indispensables para un educador (cartas a quien pretende enseñar):
a)
La humildad nos ayuda a reconocer esta
sentencia obvia: nadie lo sabe todo, nadie lo ignora todo. “El orgullo y
la autosuficiencia nos envejecen; solamente en la humildad me abro a la
convivencia a la que ayudo y por la que soy ayudado”
b)
Pero
es preciso sumar otra cualidad a la humildad con que la maestra actúa y se
relaciona con sus alumnos, y esta cualidad es
la amorosidad sin
la cual su trabajo pierde el significado. Y amorosidad no sólo para los alumnos
sino para el propio proceso de enseñar.
c)
La valentía de luchar al lado de la valentía
de amar. La valentía como virtud no es algo que se encuentre fuera de mí mismo.
Como superación de mi miedo, ella lo implica. La
tarea del docente, que también es aprendiz, es placentera y exigente. Exige
seriedad, preparación científica, física, emocional y afectiva. Es una tarea
que requiere un gusto especial de querer bien. Es imposible enseñar sin ese coraje de querer bien, sin la valentía de
los que insisten mil veces antes de desistir. Es imposible enseñar sin la
capacidad forjada, inventada, bien cuidada de amar. Estudiamos, aprendemos,
enseñamos y conocemos con nuestro cuerpo entero. Con los sentimientos,
emociones, deseos, miedos, dudas, con la pasión y con la razón crítica. Con
necesidad de osadía, con la disposición a la pelea justa, lúcida, por la
defensa de derechos y la creación de las condiciones para la plenitud de la
escuela.
d)
El diálogo. Ser tolerante no significa ponerse en connivencia con lo intolerable, no es encubrir
lo intolerable, no es amansar al agresor ni disfrazarlo. La tolerancia es la
virtud que nos enseña a convivir con lo que es diferente. A aprender con lo
diferente, a respetar lo diferente.
e)
Me
gustaría ahora agrupar la
decisión, la seguridad, la tensión entre la
paciencia y
la impaciencia y
la alegría de vivir como cualidades que deben ser
cultivadas por nosotros. Por eso la práctica docente
debe forjar mentes críticas, audaces, creativas, libres, desafiantes. No hay
experiencia humana sin lucha ni conflicto. El conflicto hace nacer nuestra
conciencia. Negarlo es desconocer los mínimos pormenores de la experiencia
vital y social. Huir de él es ayudar a la preservación del status quo.
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