Es cada vez más frecuente encontrarnos con grupos de clase que no teniendo alumnos muy conflictivos en su conjunto se constituyen como grupos muy disruptivos. Los problemas de comportamiento, siendo frecuentes y no muy fuertes tomados de uno en uno, son bastante desestabilizantes. Son grupos a los que tememos, que nos generan una gran tensión sólo con pensar que tenemos que intervenir en ellos. La entrada que os hacemos corresponde a la reflexión de la experiencia concreta de un profesor que ha tenido que enfrentarlos. No hay recetas. Sólo consejos que han funcionado. A mi, que enfrento a diario estas situaciones, me valen... El autor, Santiago Moll, como yo, espera que le aporten otras experiencias que también funcionan. Y las agradecemos.
Clase conflictiva. El artículo de hoy es uno de esos artículos que nacen de lo que yo llamo la biografía de la experiencia. Pero, ¿qué es la biografía de la experiencia? En mi caso son más de 15 cursos académicos y más de siete mil horas de docencia directa en las aulas con alumnos. Más de siete mill horas en las que he tenido la suerte de ir adquiriendo sencillos pero efectivos recursos que luego he utilizado en grupos muy disruptivos, poco cohesionados o con una conflictividad conductual manifiesta.
¿Quieres saber qué recursos son los que me funcionan en una clase conflictiva? ¿Quieres conocer qué estrategias me han ayudado a gestionar con éxito la conflictividad de determinados grupos? Si tú también eres de los que has tenido o tienes alguna clase conflictiva, espero que esta entrada te sirva de ayuda.
Acerca de la expresión ‘clase conflictiva‘.
Antes de continuar con el artículo, me gustaría matizar la expresión ‘clase conflictiva’. He tenido muchas dudas a la hora de elegir esta expresión por lo negativo que implica el término conflicto.
Si consigues partir del hecho de que la conflictividad en el aula puede verse no como un problema, sino como una oportunidad, es cuando la perspectiva que tiene de esa clase conflictiva cambia radicalmente o, mejor, dicho, cambia tu forma de gestionar la clase. Soy consciente de que hay grupos que son un auténtico reto, independientemente de la experiencia que uno haya adquirido en el aula. También sé que cada docente va adquiriendo ciertas estrategias para este tipo de grupos.
Sé que las estrategias que voy a proponerte no son infalibles. ¡Ya me gustaría a mí que lo fueran! Pero creo que pueden ser un punto de partida para algunos docentes que en este preciso instante se está enfrentando a una clase conflictiva.
Pues bien, aquí van algunas de mis estrategias que espero te sirvan o, cuanto menos, te inspiren.
Estrategias para lidiar con una clase conflictiva.
1. Puntualidad. ¿Por qué suelo llegar siempre unos minutos más tarde a una clase conflictiva? Esta pregunta me la hice hace cierto tiempo y me ayudó a reflexionar sobre el hecho de que en grupos conflictivos muchos docentes apuran al máximo para entrar. En mi caso me di cuenta de que cuanto más tardaba en entrar en una clase conflictiva, más disruptivo encontraba al grupo. Por tanto,
¿qué te aporta ser puntual?
Entre otras cosas la puntualidad te beneficia porque:
- Ganas en autoconfianza y en seguridad.
- Preparas con más tiempo todo el material que necesitarás para llevar a cabo la sesión lectiva.
- Puedes dirigirte a determinados alumnos mientras el grupo se dispone a iniciar la sesión lectiva para interesarte por ellos.
- Puedes atender algunas peticiones que te hagan algunos alumnos antes de empezar tu sesión lectiva.
La impuntualidad es el mejor amigo de la disrupción en el aula y debes combatirla. Debes ser consciente de que al inicio y al final de una sesión lectiva es cuando se producen la mayoría de conflictos en un aula.
2. Sobreplanificación. ¿Qué significa para mí sobreplanificar? En una clase conflictiva no hay que dejar nada al azar, es decir, hay que programar y preparar la clase al detalle. Esto significa que debes planificar con tiempo y estructurar tu sesión lectiva en distintas secciones.
Es bueno que planifiques el tiempo de cada sesión lectiva en fragmentos de tiempo que oscilen entre los 15-20 minutos. En grupos disruptivos suele ser muy eficaz cambiar varias veces de dinámica en una misma sesión lectiva.
Otro aspecto muy importante es tener lo que yo llamo un plan B, es decir, sobreporgramar la propia clase con contenidos extra paraevitar que te queden tiempos muertos durante la sesión lectiva. En mi caso siempre llevo algún vídeo que no suele exceder los cinco minutos y que me sirve, sobre todo, para los últimos minutos de clase.
3. Narración. En grupos donde está presente una alta conflicitividad, sobre todo localizada en alumnos con un trastorno severo de conducta, suele ser poco efectivo lo que yo entiendo por explicar, es decir, un tipo de enseñanza unidireccional, pasiva y poco motivadora en la mayoría de los casos.
En su lugar, lo que funciona realmente bien es cambiar la explicación por la narración. Hay que intercalar a lo largo de la sesión lectiva momentos narrativos, es decir, hay que enseñar no explicando, sino narrando. No hay mejor forma de bajar la disruptividad de una clase conflictiva que contando historias y anécdotas que estén relacionadas con el currículum de tu asignatura.
4. Material de trabajo. Uno de los mayores problemas de una clase conflictiva es la poca capacidad de atención y concentración del grupo. Esto puede suponer un problema a la hora de que tus alumnos saquen el material necesario para trabajar durante la sesión lectiva.
Para ello lo que hago es convertirme en un alumno más y sacar el mismo material que deberían sacar mis alumnos. A continuación, lo que hago es enseñarlo de forma visible paseando por los pasillos del aula. De esta manera consigo que la información se dé por duplicado. Incluso, si eres puntual, funciona muy bien escribir el material necesario en la pizarra, así la información se da por triplicado: de viva voz, enseñándola a tus alumnos cuando sostienes el material con tus manos y por escrito con la ayuda de la pizarra.
5. Visibilidad. Otro gran inconveniente que suele darse en una clase conflictiva tiene que ver con poca visibilidad que el docente tiene en el aula. Porque el docente no sólo tiene voz, también tiene un cuerpo que acompaña a esa voz. Y ese cuerpo es algo que debe aprovechar para captar la atención y disminuir en la medida de lo posible la disruptividad del grupo. Pero,
¿cómo se capta la atención de los alumnos y se consigue bajar la disruptividad?
Básicamente lo que debes hacer es lo siguiente:
- Hablar y hacerlo en movimiento con lentas rotaciones. Los alumnos que te siguen con la mirada suelen dejar de hablar con mayor frecuencia.
- Aproximarte a los alumnos más disruptivos y hablar justo a su lado pero no a ellos, sino al grupo y nunca dirigiéndoles, la mirada.
- Sentarse en el borde de la mesa de un alumno disruptivo sin dejar de hablar a la clase y sin dirigirle la mirada.
Estas tres estrategias que acabo de enseñarte suelen ser muy efectivas cuando te interesa bajar la disruptividad del grupo clase o de determinados alumnos.
6. Copia dirigida. El término copia dirigida es un recurso que utilizo con cierta frecuencia en el aula y debo confesar que me ha dado excelentes resultados. Cuando me refiero al término copia no lo hago como un término negativo, ni como un castigo, sino como una técnica de estudio más.
Se copia para aprender, para aumentar la concentración y la atención y para disminuir la disruptividad en ciertos momentos. Para ello me sirvo de la pizarra digital. En dicha pizarra proyectos que denomino los esquemas de cajas, unos esquemas que he creado sobre las unidades didácticas de mis asignaturas. Estos esquemas están vacíos y los alumnos disponen en papel de una copia de este esquema proyectado en la PDI. Esto hace que en lugar de dictar apuntes, vaya completando en la pizarra los contenidos más significativos del tema al mismo tiempo que los alumnos.
Esto supone una gran ventaja, porque el alumno ya no depende de lo que yo dicte de viva voz, sino del contenido proyectado en la pizarra digital. Esto permite que todo el grupo clase pueda seguir su propio ritmo, incluso los alumnos con necesidades educativas especiales, y a mí me deja tiempo para ir pasando por las mesas de los alumnos con más dificultades o más disruptivos para echarles una mano.
7. Microtutorías. Las microtutorías son fundamentales para mí en una clase conflictiva. Pero,
¿qué es una microtutoría?
Una microtutoría consiste en dirigirte a un alumno durante un momento de la sesión lectiva. Es una atención personalizada y de una duración inferior a un minuto. La microtutoría no debe servir para reprimir o castigar a un alumno.
Todo lo contrario. Las microtutorías sirven para ganarse a los alumnos, es decir, interesarse por ellos, por su persona. En una microtutoria puedes:
- Acercarte al alumno y sonreírle.
- Decirle algo agradable, hacerle una broma.
- Interesarte por algo que no tenga que ver con el centro escolar.
- Darle las gracias por su comportamiento durante la sesión lectiva.
Estas microtutorías lo único que pretenden es pasar tiempo con los alumnos. A mí me gusta insistir en una expresión que para mí es fundamental. Es la siguiente:
la educación es tiempo
Hay que estar a su lado, acompañarles y hacerles ver que te importan. Y eso, en muchas ocasiones, cuesta menos de un minuto de tu tiempo.
Sobrevivir a una clase conflictiva. A modo de conclusión.
Hacer del conflicto una oportunidad no es fácil y más cuando te encuentras con grupos en los que en ocasiones te planteas si en lugar de enseñar, lo que haces es mantener el orden o guardar alumnos entre cuatro paredes. A todos vosotros que os enfrentáis cada día con grupos altamente disruptivos, con grupos con una alta conflictividad espero que algunas de las pautas que os he dado en este artículo sirvan para conseguir un ambiente de trabajo y de respeto donde se pueda enseñar en condiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario