lunes, 25 de julio de 2011

JANUSZ KORCZAK. Con los niños del guetto hasta la muerte


Korczak,literato, médico y pedagogo, al frente de un orfanato judío, nos ofrece otro ejemplo de dignidad en medio de las atrocidades. Recogemos su testimonio en este blog y nos proponemos seguir con nuestra cita con aquellos educadores que se tomaron la solidaridad muy en serio:
"... había ocurrido un milagro, doscientos niños que no lloraban, doscientas almas puras condenadas a la muerte y no derramaban una lágrima. Ninguno trató de huir, ninguno trató de escapar. Tragando su dolor se aferraban a su maestro y mentor, a su padre y hermano, Janusz Korczak, que los protegería. Janusz Korczak marchaba con la frente en alto, sosteniendo la mano de uno de sus niños, no llevaba sombrero, tenía una correa de cuero alrededor de su cintura y calzaba botas altas"


Korczak nació en Varsovia en el seno de una familia judía.[1] Su padre Józef Goldszmit probablemente murió en 1896, en sus brazos, dejando a la familia sin fuentes de sustento. 

En los años siguientes, la familia fue obligada a abandonar su espacioso departamento por cuestiones económicas, por eso, durante su adolescencia, Korczak mantuvo económicamente a su madre, hermana y abuela.

En 1898 Korczak participó en un concurso literario bajo el seudónimo de Ignacy Padarewski, nombre originario del libro Janusz Korczak y del Swordsweeperlady de Józef Ignacy Kraszewski. Durante los años 1898–1904 Korczak estudió medicina en Varsovia y escribió numerosas artículos para diarios polacos.

Después de graduarse empezó a trabajar como pediatra y durante la Guerra Ruso-Japonesa de 1905-1906 sirvió como doctor de campaña. Mientras tanto su libro "Niños en el cuarto de dibujo" empezaba a ganar cierto reconocimiento literario. 

Después de la guerra, continuó su práctica en Varsovia y más adelante se hizo cargo del orfanato de la calle Krochmalna, donde vivía en una habitación en el ático.

Continuó sus estudios en Berlín durante los años 1907 y 1908. Un año más tarde, cuando trabajaba para la Sociedad de Orfelinatos, conoció a Stefania Wilczyńska

Fue nombrado director de Dom Sierot durante los años 1911–1912. Fue diseñado por él para niños judíos de Varsovia, allí junto a Wilczyńska, que se convirtió en su socia, instituyó una especie de República para los niños, que tenían su propio parlamento, corte y diario. Estas ocupaciones lo obligaron a reducir sus labores como médico.

En 1914 Korczak, durante la Primera Guerra Mundial, se enlistó nuevamente como médico de campaña con el rango de teniente y escribió ensayos pedagógicos durante su tiempo libre. 

En Kiev conoció también a Maryna Falska, quien más tarde se convirtió en su ayudante en Varsovia. 

Regreso a Varsovia antes de que se lograra la independencia de Polonia en 1918.Después de la guerra retorno a su trabajo en Dom Sierot y fundó otro orfanato llamado Nasz dom (Nuestro Hogar). 

Durante la guerra polaco-soviética sirvió una vez más como doctor, ahora con el rango de mayor pero fue asignado a Varsovia luego de una corta estadía en Łódź, lugar en donde contrajo tifoidea, enfermedad por la cual murió su madre.

En 1926 permitió a los niños iniciar su propio diario, el Mały Przegląd, el cual fue un complemento semanal del diario polaco-judío Nasz Przegląd

Durante los años 30 tuvo su propio programa de radio, que fue finalmente cancelado a causa de las quejas de los antisemitas. 

En 1933 fue merecedor de la Cruz de plata de la recién restituida Polonia

Durante los años 1934-1936 Korczak viajó anualmente a Palestina donde visitó los kibutzim. Esto incrementó los ataques antisemitas de la prensa polaca. También, por el antisemitismo,rompió relaciones con un orfanato no judío para el que trabajaba. 

Sin embargo, rehusó mudarse a Palestina aun cuando Wilczyńska se trasladó para allá en el año 1938.

A inicios de la Segunda Guerra Mundial, en 1939, Korczak se ofreció una vez más como voluntario del ejército polaco, pero no fue aceptado debido a su avanzada edad. Presenció la toma de Varsovia por las fuerzas armadas alemanas, y fue obligado a trasladar el orfanato al Guetto de Varsovia creado por los nazis en 1940. Korczak se mudó con los niños.

El 5 de agosto (o 6 de agosto según otra fuentes) los soldados alemanes llegaron al Guetto para recoger a 192 huérfanos (algunas fuentes mencionan que fueron 196) y a una docena de empleados del orfanato para llevarlos al campo de exterminio en Treblinka. A Korczak le fue ofrecido un puesto en el parte polaca de Varsovia pero lo rehusó repetidas veces pues decía que no podía abandonar a sus niños y que sólo aceptaría la oferta si se le permitía llevar consigo a sus niños. 

De este modo, el día señalado los niños vestidos con sus mejores ropas y cargando su juguete o libro favorito caminaban en procesión junto a Korczak hacia a punto de embarque, rumbo a los campos de la muerte. Joshua Perle, un testigo del hecho describió el evento:





"... había ocurrido un milagro, doscientos niños que no lloraban, doscientas almas puras condenadas a la muerte y no derramaban una lágrima. Ninguno trató de huir, ninguno trató de escapar. Tragando su dolor se aferraban a su maestro y mentor, a su padre y hermano, Janusz Korczak, que los protegería. Janusz Korczak marchaba con la frente en alto, sosteniendo la mano de uno de sus niños, no llevaba sombrero, tenía una correa de cuero alrededor de su cintura y calzaba botas altas. Los doscientos niños meticulosa y prolijamente vestidos seguían a las enfermeras hacia la muerte (...). Por todos lados, los niños estaba rodeados de alemanes y ucranianos, y en ese momento también por la policía judía que les lanzaban golpes con las macanas o garrotes y les disparaban con armas de fuego. Las misma piedras de la calle lloraban en silencio al ver la procesión."

Según una leyenda popular, cuando el grupo de niños finalmente llegó al punto de embarque, un oficial de la SS reconoció a Korczak como el autor de uno de los libros favoritos de sus hijos y le ofreció ayuda para escaparse, sin embargo nuevamente rechazó la oferta y abordó el tren con sus niños, tras lo cual nunca más se supo de él.

Tiempo después, se iniciaron rumores de que el tren había sido desviado y que Korczak y sus niños habían sobrevivido al Holocausto. No obstante, no se encontraron fuentes verificables de esta historia y lo más probable es que tanto él como los niños fueran asesinados en la cámara al arribar a Treblinka

En el cementerio Powązki de Varsovia se le ha dedicado un mausoleo conmemorativo.

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