viernes, 8 de febrero de 2013

LA IMPORTANCIA DE LA PATERNIDAD EN LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA


Presentamos en este blog un trabajo de un enfermero que ejerce su profesión entre los empobrecidos de Venezuela: Francisco I. Ortiz R. 

La realidad de las muertes violentas es tan sangrante y abundante por esos lares que, como toda persona que no ha perdido el juicio, lo razonable era preguntarse por las causas y el origen de esa violencia que tenía que atender tan frecuentemente. De aquí surge la elaboración de este trabajo de investigación. Modesto y premeditadamente limitado en sus pretensiones. Pero muy sugerente. Hace algunas décadas un trabajo similar se realizaba en los guettos de afroamericanos de Harlem (New York) precisamente buscando el origen de la violencia de las bandas y las calles. Y tanto en aquel como en este trabajo, se indagó en la importancia de la ausencia de la figura paterna en la familia para explicarse este fenómeno. LA AUSENCIA DEL PADRE. Ya nos lleva pareciendo hace mucho tiempo necesaria esta incursión en un tema que parece casi tabú. 

Es un trabajo del área de medicina pero con una evidente capacidad de transposición al campo educativo. No obstante, un enfermero no deja de ser en gran medida "un educador". Cuando en nuestras aulas, en nuestros alumnos, en los contextos de nuestros alumnos, la violencia- desde la física a la psicológica o moral- se ha instalado y "normalizado", también nosotros deberíamos preguntarnos si esto tiene algo que ver con la "familia" que se está viviendo, con la ausencia del padre (que puede ser física o puede ser por "dejación"). Aquí va un apunte. Nada más. Y un pequeño homenaje a mi amigo Francisco, que con otros muchos amigos suyos y amigos compartidos por la militancia, ha decidido entregar su vida a construir un mundo de Paz con Justicia. 


En su introducción a este trabajo podemos leer: 

"Hace poco tiempo que la violencia ha comenzado a tomarse en cuenta seriamente como causa de morbimortalidad. Las instituciones sanitarias, los sistemas de prevención y los modelos de educación para la salud no están lo suficientemente preparados para afrontar eficazmente la prevención de la violencia, ya que tradicionalmente han estado orientados a las enfermedades orgánicas.

La multicasualidad de la violencia y su relación con modelos sociopolíticos, económicos, culturales y antropológicos, ante los cuales se inhiben las propuestas tradicionales, hace difícil su prevención si no se comienzan a tomar en cuenta otros factores.

El modelo familiar, y en concreto el rol desempeñado por la figura paterna en él, se descubre cada vez más como determinante en la génesis de actitudes de violencia. Urge por tanto investigar y tomar en cuenta dicho factor en la prevención de la violencia como causa de morbimortalidad"

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