sábado, 2 de marzo de 2013

Un colegio de Colindres apuesta por mezclar en el aula a niños de distintas edades


El innovador proyecto de Los Puentes convierte a los alumnos en 'maestros' y estira el currículo oficial para que cada uno aprenda a su ritmo. Otro de los "sueños" de esa Escuela que queremos. Los grandes aprenden de los pequeños. Los pequeños de los grandes. ¡Fuera los muros absurdos de la edad cuando no son necesarios! Que se utilicen cuando lo sean. ¡Cuántos recursos perdidos por aceptar sin más la forma de organizarnos¡. Esto es una muestra. 


Un colegio de Colindres apuesta por mezclar en el aula a niños de distintas edadesUn aula de Infantil del colegio Los Puentes, donde niños de tres a cinco años comparten espacio, juegos y conocimiento / Foto: Celedonio. ::
El primer día de clase, un niño de tres años se sienta frente a un juego de construcción y trata, sin mucho éxito, de unir las piezas. El mismo día, otro pequeño de cinco años empieza a construir una casa con el mismo juego. Si los dos están juntos en el aula, el pequeño podrá imitar al mayor y empezar a entender, en un lenguaje cercano, cómo funciona el juego. A su vez, el niño de cinco años tendrá que desarrollar un proceso psicológico superior para explicar a su pequeño compañero cómo hay que unir las piezas para hacer una casa.
Parece utópico, pero en el colegio Los Puentes (Colindres) trabajan desde su inauguración en 2006 en un innovador proyecto educativo que mezcla en el aula a niños de distintas edades para potenciar, entre otras cosas, el aprendizaje mutuo. «Para nosotros, la creación de una comunidad educativa empieza con la diversidad, pero no sólo de etnias o de culturas. La diversidad empieza en un aula con gente que sabe más y gente que sabe menos. Un niño de cinco años es más capaz de explicar algo que comprende a un niño de tres años que un adulto, simplemente por empatía», afirma el jefe de estudios del centro, Alberto Viadero, para resumir la esencia de los grupos heterogéneos y la transformación de los alumnos en 'maestros'.
La mezcla de edades también permite aprovechar el tiempo establecido por la ley para alcanzar los objetivos educativos. Al niño que tiene capacidad para avanzar más no se le detiene por cuestión de edad, y en caso de que tenga dificultades, también puede crecer a su ritmo. Los alumnos con mayor autonomía aprenden a discernir cuándo deben pedir ayuda y cuándo ofrecerla. De esta forma, los docentes pueden dedicar más tiempo a atender de forma individualizada a todos los alumnos.
Este novedoso proyecto apuesta por un concepto de educación más dialogante que autoritario. «El primer trimestre de Infantil, por ejemplo, lo dedicamos a generar un grupo en el que todos los niños tengan relación entre sí y un objetivo común: llegar felices a clase. Si un niño es feliz, juega; y si juega, aprende. Si haces que los niños sean felices, juegan, aprenden, y ejercen de maestros. Nosotros sólo tenemos que orientar las inquietudes del niño hacia las áreas de conocimiento que queramos trabajar», explica el jefe de estudios. El director del centro precisa que «no se trata de dejarles hacer lo que quieran. Lo que intentamos es que se expresen de un modo natural para despertar en ellos la competencia que más ansia tengan por desarrollar».
Con alumnos de distintas edades, cabe pensar que los mayores utilizan su fuerza para imponerse. «Nada más lejos de la realidad», aseguran. «Los niños tienen una sensación de pertenencia al grupo. Sienten que esto es suyo y más que abusar de su poder o su fuerza con los pequeños tienden a protegerlos». Lo corroboran las familias que han asistido a una sesión de la Escuela de Padres. «Cuando vas al parque, notas quiénes son los niños de Los Puentes porque se relacionan mucho más con el resto y se portan mejor», dice una madre.
Algunos padres abogan incluso por extender la mezcla de edades en Primaria, donde ahora sólo se utiliza en los talleres de expresión artística. «El año que lleguemos a sexto de Primaria -explica el director, David Viadero- será clave porque mezclaremos gente muy mayor (12 años) y competente con niños de primero de Primaria (6 años), que estarán abriéndose a un mundo diferente».
La prueba de 'fuego'
Los 19 alumnos de cuarto de Primaria del centro se enfrentan a final de curso a la primera evaluación de diagnóstico del centro -una prueba que hace la Consejería de Educación-. Será el momento de evaluar el proyecto educativo de Los Puentes, aunque el equipo docente deja claro que «hay competencias, como la inteligencia social, que son muy importantes para los niños». Sien embargo, el examen sólo cubre las competencias en Lengua, Matemáticas e Inglés.
Entre los padres también hay quien rechaza este tipo de pruebas. El jefe de estudios, Alberto Viadero, reconoce que la prueba es útil hasta cierto punto: «Estamos convencidos de cómo trabajamos, pero tenemos ganas de hacer la prueba para ver qué pasa».
24.02.13 - 00:37 - 

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