sábado, 9 de mayo de 2015

Aprendizaje Significativo

Los seres humanos tenemos la disposición de aprender de verdad sólo aquello a lo que le encontramos sentido o lógica y rechazamos aquello a lo que no le encontramos sentido.
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Por lo tanto, el aprendizaje significativo es un aprendizaje relacional. Relacionamos el nuevo conocimiento con conocimientos anteriores, con situaciones cotidianas, con experiencias propias, con situaciones reales y por supuesto con nuestras sensaciones y forma de sentir. La experiencia humana no solo implica pensamiento, sino también afectividad y únicamente cuando se consideran en conjunto se capacita al individuo para enriquecer el significado de su experiencia.
Ausubel decía que un aprendizaje es significativo cuando los contenidos son relacionados de modo no arbitrario y sustancial (no al pie de la letra) con lo que el alumno ya sabe. Por relación sustancial y no arbitraria se debe entender que las ideas se relacionan con algún aspecto existente específicamente relevante de la estructura cognoscitiva del alumno, como una imagen, un símbolo ya significativo, un concepto o una proposición.

En el proceso de orientación del aprendizaje, es muy importante conocer la estructura cognitiva y emocional del alumno; no sólo se trata de saber la cantidad de información que posee, sino cuales son los conceptos y proposiciones que maneja así como de su grado de estabilidad. Los principios de aprendizaje que Ausubel propone, ofrecen el marco para que podamos diseñar herramientas metacognitivas que permiten conocer la organización de la estructura cognitiva del educando, lo que a su vez permitirá orientar mejor la labor educativa, que ya no tendría que desarrollar su labor pensando en que debe trabajar con “mentes en blanco” alumnos que saben “cero”, porque esto no es así y lo sabemos. Atendiendo a lo que Juan E. León nos cuenta los alumnos ya poseen una serie de vivencias y conocimientos que afectan su aprendizaje y pueden ser aprovechados para su beneficio.
Ausubel dice además que…”Si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un solo principio, enunciaría este: El factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente”. Yo añadiría que otro de los factores a tener en cuenta es lo que el alumno siente, conocer su estado emocional es básico si queremos acercarnos a su mundo particular.
Llevamos años escuchando sobre el aprendizaje significativo, no obstante me pregunto a veces si la práctica docente no conlleva aún mucho conductismo a pesar de que nuestro discurso se basa en que nuestro ejercicio es cognitivista/constructivista/significativo.
¿Sabemos poner en práctica el aprendizaje significativo en el aula de una manera eficaz?
Para que este aprendizaje significativo se pueda dar, ya he mencionado que los docentes deberíamos utilizar los conocimientos previos del alumno para construir un nuevo aprendizaje. El maestro se convierte sólo en el mediador entre los conocimientos y los alumnos, ya no es él quien simplemente los imparte, sino que los alumnos participan en lo que aprenden, pero para lograr la participación del alumno se deben crear estrategias que permitan que el alumno se halle dispuesto y motivado para aprender.
Resumiendo diría que si queremos practicar el aprendizaje significativo deberíamos…
…presentar un material organizado, para que se de una construcción de conocimientos. No sólo importa el contenido sino la manera en que se presenta.
…el alumno debe conectar el nuevo conocimiento con los previos. Y para ello el docente debe conocer lo que el alumno sabe.
el aprendizaje no se dará si el alumno no quiere. La motivación es clave, ya quela disposición emocional y actitudinal del alumno sería una de las claves para que el citado aprendizaje significativo se diera.
el propio individuo-alumno genera y construye aprendizaje.
…es una interacción entre profesor, aprendiz y material educativo y cada cual tiene su papel en el proceso.
no es necesariamente un aprendizaje correcto.
no se facilita con cualquier organización o tratamiento de contenido curricular.
Ahora bien, yo me pregunto si los intereses de nuestros alumnos son los mismos o por el contrarioson de diversa naturaleza, si sus niveles de conocimiento son iguales, si tienen las mismas motivaciones o expectativas…o por el contrario nos creemos seriamente que “trabajamos por y para la diversidad”. Porque es evidente que utilizamos el discurso del tratamiento de la diversidad y decimos ponerlo en práctica. En base a estas diferencias que existen entre el alumnado, ya que cada uno es único, cabe pensar que si queremos poner en práctica la teoría del aprendizaje significativo, deberíamos tratar a nuestros chicos y chicas con contenidos diferentes y de diferente manera…no estandarizada. Sin  embargo, estaríamos entonces creando más desigualdades. ¿No sería mucho más enriquecedor atender al hecho de que aún sumidos en una diversidad del alumnado, deberíamos tener como objetivo la igualdad, para no aumentar las desigualdades?
El hecho es que podríamos diseñar programas de enseñanza en los que TODO EL ALUMNADO, sin discriminaciones creadas por su entorno o sus conocimientos previos, ALCANCE LOS MÁXIMOS RESULTADOS. Las diferencias culturales, lingüísticas, cognitivas…más allá de ser un obstáculo para la obtención de máximos aprendizajes deberían ser aprovechadas y gestionadas hacia el objetivo de la IGUALDAD, de manera que mejoren la convivencia y aumenten los resultados de todos.
En algunos colegios, escuelas, la diversidad es un muro a sortear, una molestia que solventar, mientras que en algunas universidades como Harvard buscan alumnos de diversidad cultural y socioeconómica como contribuyentes de una riqueza aprovechable por todos los alumnos. Pero ¿cómo trabajamos entonces para sacar fruto a esa diversidad y tender hacia la igualdad de oportunidades? Creo que sería necesario planificar actividades donde la interacción entre el alumnado fuera un método de trabajo habitual en el alula. La interacción entre iguales enriquece, ya que llevada a cabo en el aula, consigue que todos los niños se beneficien de la diversidad ajena. Imaginaos lo que sería diseñar actividades que se deban resolver de manera que los alumnos interactuen entre sí, cada unos desde su perspectiva y unicidad, como ser único…con sus particulares visiones y vivencias…actividades que al resolverse en grupo nos ayuden a recojer todos los puntos de vista, todos los conocimientos previos…un modo de trabajar mediante el cual los alumnos tengan la oportunidad de ayudarse entre ellos.
Más allá de pensar que algún hijo nuestro podría ser desafortunado si tuviera que sentarse al lado de un niño con dificultades de aprendizaje…deberíamos confiar en que si el docente-facilitador supiera sacar rendimiento a la diversidad, trabajaría para que ambos niños se beneficiaran. El niño con necesidades educativas especiales, se beneficiaría de la sabiduría de su compañero que lo ayudaría en sus tareas cotidianas…pero ¿acaso el alumno sin dificultades no obtendría mejoras? Este alumno probablemente desarrollaría un gran potencial…la competencia de saber buscar diferentes maneras y estrategias para explicar una actividad en pos de que su compañero la entiendiera y supiera resolverla…lo cuál podrá servirle en el futuro para ser un gran comunicador…quien sabe si podría terminar dando conferencias en entidades importantes dada su desarrollada competencia oratoria y lingüística. El resultado es claro, los dos alumnos saldrían ganando. Tú ganasYo gano.

Yo conozco un caso real que siempre cuenta que gracias a haber estado sentado al lado de un niño que precisó de su ayuda…tuvo que ingeniárselas para buscar diferentes modos de hacer comprender a su compañero la actividad propuesta por el maestro. Hoy en día él es un gran conferenciante…y su compañero pudo acceder a la universidad. El maestro por supuesto, supo sacar rendimiento a la diversidad en beneficio de todos sus alumnos. Y todos y cada uno de los niños que acuden a nuestras escuelas deberían tener las mismas oportunidades, sea cual sea su naturaleza y condición. 
Ined21

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