(Revista Autogestion nº 81)
Empezaremos a registrar en esta sección relatos de la “vida laboral” de nuestros jóvenes. Entre tanto, dejamos algunas pistas que parecen comunes a todos:
- Difícil acceso. Se aceptan cualquier tipo de condiciones para empezar. Desde luego la temporalidad y los bajos sueldos. Lo justificaba esto hasta el exsecretario general de CCOO, Fidalgo. Así ha sido siempre…
- Precariedad y explotación. Interminables jornadas laborales, horas extras, turnos partidos,… trabajo en la economía sumergida, desprotección, autónomos esclavos, movilidad permanente,…
- La puerta giratoria. Del trabajo precario al paro y del paro al trabajo precario. Inestabilidad permanente. Todo depende de la rentabilidad del puesto de trabajo.
- Distancia entre el trabajo realizado y la formación recibida (sólo el 40% de los universitarios tiene una actividad acorde con sus estudios) Los peor parados, los sin cualificación alguna. Compiten por los mismos trabajos con los más cualificados.
¡Esto es lo que hay! ¡Cada uno a lo suyo! ¿Cómo voy a pensar en mi futuro así? ¡A vivir el momento! ¡Acepto lo que sea! En una encuesta muy reciente (junio 2009), el 54% de los jóvenes decía no tener proyectos ni ilusión. No ser “ilusos” nos parece bien. No tener “proyectos”, un grave síntoma de decadencia y de desesperación.
EL 14% DE LOS JÓVENES ESPAÑOLES NI ESTUDIA NI TRABAJA
Lo han bautizado como la generación ni-ni. Están entre los 16 y los 24 años. España está la cuarta por la cola en cuanto al número de jóvenes en esta situación. No estudian, muchos de ellos dejaron de hacerlo muy pronto (recordemos que tenemos un 31% de “fracaso escolar”), y tampoco trabajan. Algunos porque no encuentran, y menos ahora. Otros porque ni siquiera lo buscan (un 5% de los que dejan abandonan los estudios obligatorios queda “atrapado” en la inactividad. De esta crisis se habla menos.
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